Según indicaron, el pasado sábado el equipo estuvo en Piedra de Galiani, con personal de Prefectura y de Pancora Robótica Submarina para realizar tomas subacuáticas.
En diálogo con la prensa, Rossi aseguró que “estar a más de 300 metros viendo el fondo del lago fue mágico, sobre todo en brazo tristeza que se veía todo con grietas y cuevas. No lo podíamos creer, era una cosa maravillosa”.
Asimismo, el cineasta explicó que para el documental utilizaron dos cámaras para registro subacuático: “Una se llama cámara a la deriva y el otro se llama ‘Rov’, es una cámara que se controla de forma remota con un joystick. Las dos son construcciones netamente barilochenses y quedan acá en la ciudad para darles diferentes usos”.
Acerca de cómo resolvieron dos temas muy importantes, que son la alta presión sobre los lentes y la luminosidad, Rossi precisó que “la cámara que usamos no tuvo ningún problema, anduvo perfectamente y soportó los 300 metros de presión.
“Hubo una pequeña intermitencia con lo que era el sensor y a veces se ponía en blanco y negro, pero es un detalle que surgió en el momento y ahora se está reparando. Después, usamos dos luces potentes y funcionó bastante bien”, añadió.
Finalmente, Rossi señaló: “Actualmente estamos armando las escenas y si creemos que falta alguna cosa, se trabaja para incorporarlo. Sin embargo, todo el material que no entre acá, entrará en el próximo proyecto”.
Fuente Ambito