Durante la semana que pasó, Sergio Uñac invitó a varios gobernadores a ver el partido de la Selección y pensar en un nuevo armado del PJ.
Los detalles son bien jugosos y los cuenta este domingo Ignacio Zuleta en diario Clarín:
La principal mesa de examen -casi una autopsia- del peronismo después de las elecciones no ocurrió ni en Olivos ni en el Instituto Patria. Fue en un santuario amigable a los “federales” del partido, la provincia de San Juan que gobierna Sergio Uñac, uno de los pocos ganadores de su fuerza en las elecciones del 14 de noviembre. “Gané por menos, pero gané en todos los municipios”, comentaba en la trasnoche que siguió al partido Argentina-Brasil.
Llevó a un grupo de colegas de otras provincias a cenar en el salón Los Morrillos. Allí ensayaron el primer el diseño de un comando del peronismo federal, diferenciado de los “ismos” del peronismo del AMBA. “No somos ni el kirchnerismo, ni el cristinismo, ni el albertismo ni el massismo. Somos el peronismo”, se despidieron Uñac, Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Perotti (Santa Fe), Ricardo Quintela (La Rioja) y Oscar Herrera Ahuad (Misiones).
“Si fueras un adefesio o un perdedor ninguno hubiera venido a San Juan”, comentó uno en la sobremesa que se extendió hasta la madrugada del miércoles. Discurrieron en apartes, porque en el palco del estadio y en la cena había muchos curiosos ante quienes debían ser discretos. Uno de ellos era el gobernador de Mendoza, el radical Rodolfo Suárez. Su distrito, la capital de la provincia, registró la mejor elección de la oposición frente al peronismo. En esos diálogos cortados por el protocolo, pergeñaron un programa de avance nacional.
De a poco vamos a empezar a tener más protagonismo: somos peronistas, pero somos otra cosa.
Va a ser con cautela, pero se viene un esquema más federal.
Somos el peronismo razonable. Lo fuimos antes con Macri, a quien le votamos todas las leyes que necesitaba.
¿Y Alberto? Responde uno: él siempre ha dicho que quería gobernar con nosotros.
¿Y Schiaretti? Silencio. Solo Uñac tiene el medidor de esa relación de los federales con el gobernador de Córdoba, el peronista más fuerte. Es uno de los heridos de estas elecciones. Aunque no sangra, porque sepultó al cristinismo de su provincia. Tiene cercanía estrecha con Uñac. La esposa del “Gringo”, la senadora electa Alejandra Vigo, es sanjuanina y suelen viajar a ver familiares. Son oportunidades para entendimientos por debajo del radar.
Fuente Mendoza Today