En tiempos tan complicados como los actuales con la pandemia del coronavirus, los llamados valores refugio adquieren una nueva dimensión. Y es que, ante una situación inestable e impredecible, los inversores, tanto extranjeros como nacionales, piensan muy bien sus movimientos en busca de la mayor rentabilidad posible. Uno de estos valores es el retail. Este segmento de mercado ha sido uno de los que más cambios ha experimentado desde la irrupción de la pandemia hace ya casi dos años. Sin embargo, pese al alto volumen de cierre de locales, el ejercicio anual 2021 es una muestra clara de que el sector está creciendo en una buena dirección, en especial desde finales de verano. Según datos manejados por Laborde Marcet, el crecimiento final para cuando finalice el año se situará en torno al 15% tanto la demanda de venta como de alquiler. Estos datos mejoran las previsiones de los primeros trimestres del año y constatan el buen momento del sector. Otros valores en alza este 2021, más allá del retail, sobre todo en los negocios de alimentación, fueron la logística y el sector hotelero. El crecimiento de cada uno de estos sectores esconde sus propios motivos y razones, sin embargo, el factor común a todos es la búsqueda por parte de los inversores de un mercado refugio en el sector inmobiliario para paliar las graves consecuencias de la crisis. En momentos de crisis económica, en especial durante aquellas de gran magnitud como la actual, los grandes inversores buscan valores que aseguren la rentabilidad a medio y/o largo plazo. Para conseguirlo, es necesario mencionar, será fundamental prestar especial atención a las tendencias del mercado para identificar los activos clave. Si hablamos del caso concreto del retail en una capital tan importante como Barcelona, los principales impulsores de su peculiar recuperación económica han sido los locales en zonas prime. No obstante, para entender por qué estos activos aparecieron como los más seguros para los principales players del mercado, es necesario echar la vista atrás y entender de donde viene esta situación. La pandemia del coronavirus tuvo graves consecuencias en toda la sociedad, y el sector del retail, fue uno de los sectores especialmente afectados. En Barcelona este impacto se notó principalmente en el segundo semestre del año 2020, cuando el alquiler de locales comerciales se detuvo casi por completo. El impacto del retail fue más dramático en las zonas turísticas. ¿El motivo? Al confinamiento domiciliario y el receso de la economía, cuyos efectos ya se pueden ver en comercios más pequeños y de proximidad, se le sumó la falta del turismo -tanto nacional como internacional-, en otras palabras, uno de los principales motores que se encarga de mantener la actividad del sector en niveles óptimos. Pero no todo lo que trajo la pandemia fue negativo y es que, un efecto colateral de pandemia en muchas zonas prime y comerciales, las cifras de alquileres se han desinflado y se han situado en cotas razonables, permitiendo la entrada de nuevos operadores que no podrían estar en estas ubicaciones anteriormente. Es así como, un año después de esta situación crítica, el retail barcelonés se asienta, junto al sector logístico, como una de las industrias más activas en términos de inversión inmobiliaria. Todo esto ha provocado que el nivel de ocupación de los locales de moda siga dominando el mercado ya no solo en la capital madrileña, sino en Barcelona, donde las operaciones más destacadas se concentran en zonas prime como Paseo de Gracia, Diagonal o Portal de l’Àngel. Uno de los motivos detrás de estas cifras ha sido la apuesta clara de las empresas por reformar la importancia de la experiencia con el cliente ante el modelo telemático o híbrido instaurado por la excepcionalidad de la situación actual. Esta realidad puede verse reflejada en las cifras de Laborde Marcet, pues todos aquellos comercios ubicados en calles peatonales, es decir, de mayor tránsito de personas, facturan un 30% que los situados en calles colindantes o con aceras más estrechas y mayor protagonismo del tráfico. En el caso de la Ciudad Condal, destacan los proyectos de las calles Pelayo, Consell de Cent o Comte Borrell o el hecho de que calles prime como Rambla Catalunya o Portal de l’Àngel dispongan de un alto protagonismo para la circulación peatonal. Dicho esto, y a pesar de que cada vez más inversores rusos y de Oriente Medio están recuperando el interés por el sector del retail, hay que destacar que el ritmo de recuperación no está siendo el mismo en todas las zonas de Barcelona. Porque, si bien las principales arterias gozan de una elevada demanda por su ubicación estratégica, otros puntos todavía están lejos de los niveles de 2019. En definitiva, el balance final de 2021 ha sido positivo pese a la inestabilidad intrínseca a la pandemia y ha reforzado la importancia de las inversiones de retail en zonas prime como valor refugio. De cara a 2022, la situación debería seguir esta tendencia positiva con las nuevas aperturas a pie de calle y alcanzar, ahora sí en la totalidad de las zonas, valores previos al coronavirus. Gerard Marcet es socio fundador de Laborde Marcet
Fuente ABC