Con 6.500 nuevos positivos, el País Vasco firmaba ayer un nuevo récord de contagios. Y la previsión es que siga en aumento. Según datos de la Consejería de Salud, los servicios públicos de diagnóstico tienen que tender cada día 10.000 peticiones de PCR de contactos estrechos y 3.000 solicitudes más de personas que han dado positivo en un test de farmacia. Se trata de un volumen inasumible para el servicio vasco de Salud, Osakidetza, que acaba de anunciar un cambio en el protocolo de rastreo. «Es necesario adecuar y actualizar los protocolos a la red de rastreo», ha explicado la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. Y esa actualización pasa por la renuncia a rastrear a lo que consideran «positivos no vulnerables». Son personas sanas, que según ha explicado Sagardui, presentan en su mayoría cuadros leves que solo requieren de paracetamol, y sobre los que a partir de ahora «no se hará seguimiento proactivo». Fuera quedarían las embarazadas, las personas mayores, enfermos inmunodeprimidos o quienes aún no se hayan vacunado, colectivos sobre los que sí habrá una atención específica. «Es una medida para dejar los canales abiertos con mayor agilidad», ha añadido Sagardui. En realidad lo que hace la Consejería de Sanidad es trasladar toda la responsabilidad a los ciudadanos. A partir de ahora quienes hayan dado positivo tendrán que aislarse durante diez días y serán los encargados de avisar a sus contactos estrechos. Estos contactos tendrán que pedir cita a través de un formulario habilitado en la web para acceder a una prueba diagnóstica. «Lo importante es atender a quienes tengan mayores complicaciones», ha zanjado la consejera. Además, a partir de ahora se van incrementar las pruebas de antígenos, más ágiles que las PCR, y se abrirán puntos específicos al margen de la atención primaria para realizarlos. También se habilitará un formulario web para gestionar las bajas médicas de los contagiados para así liberar a los médicos de atención primaria.
Fuente ABC