El Oceanogràfic de Valencia ha incorporado recientemente tres grullas damisela (Anthropoides Vigo) a su colección zoológica. Se trata de una especie extinta en España desde principios del siglo XX y cuya desaparición se debe, probablemente, a la pérdida y a la transformación de su hábitat a causa de la acción del ser humano. Los tres ejemplares, dos machos y una hembra, llegaron el pasado mes de octubre al Oceanogràfic procedentes del Zoobotánico de Jerez, dentro de los acuerdos de colaboración existentes entre los centros zoológicos. El objetivo de mostrar a estos animales en las instalaciones del acuario valenciano es el de sensibilizar a los visitantes de las causas de su extinción y educar en la importancia de preservarlos. Aunque la grulla damisela está extinta en España, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la cataloga como una especie de preocupación menor, ya que la tendencia de la población es creciente, con una estimación mundial de unos 230.000 ejemplares. Es un animal que se distribuye entre los continentes de Asia, Noroeste de África y la parte occidental de Europa. En el caso de España, y gracias a las dataciones históricas y los registros fósiles, se asegura su reproducción a finales del siglo XX en marismas y lagunas de Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha, aunque hace años que no se registran poblaciones de esta especie en nuestro país. Animales como embajadores de su especie
Uno de los objetivos del Oceanogràfic de Valencia es ser un centro en el que los animales cumplen un papel de embajadores de las especies que habitan en el medio salvaje. La grulla damisela es una de las aves más fascinantes del planeta y su incorporación al acuario valenciano pretende concienciar y sensibilizar a los miles de personas que visitan anualmente el centro sobre los problemas reales a los que se enfrentan cada día estos animales. La grulla damisela forma parte de una de las 15 especies de grulla existentes en todo el mundo. Si la comparamos con la grulla común (Grus grus), la damisela mantiene los mismos colores blanco, negro y gris, aunque distribuidos de manera diferente por todo su cuerpo. Es de menor tamaño -unos 90 cm-, con un pico más pequeño y unas patas proporcionalmente más cortas debido a las adaptaciones para su alimentación. Los ejemplares adultos se caracterizan por su coloración ceniza en el pecho y las alas y negra en el cuello. Otra de las particularidades de estos animales es el color naranja intenso de sus ojos, con plumas blancas que surgen desde la comisura posterior de los párpados hasta la parte posterior de la cabeza.
Fuente ABC