El Bible Lands Museum trabaja desde hace casi veinticinco años en el Programa La Imagen de Abraham, junto a escuelas de ambos lados de la conflictiva frontera palestino-israelí. Durante cuatro jornadas, los chicos y chicas comparten actividades, exploran la historia, el arte en común y se hacen amigos. El proyecto fue discontinuado durante la pandemia y hoy sus responsables se preparan para seguirlo y buscan financiamiento.
“Vení a sentarte al lado mío”, dijo en árabe Kater al-Nada al ver a su nuevo amigo Shachar. Este no entendió las palabras pero sí el gesto, sonrió y se acercó sin dudar. Era la primera vez que Kater al-Nada y Shachar tenían la oportunidad de conocer a alguien de su edad “del otro lado” y no iban a desperdiciarla.
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Escenas como estas se dieron muchas veces en los escalones del teatro en el Bible Lands Museum Jerusalem (Museo de las Tierras de la Biblia en Jerusalén o BLMJ por sus siglas en inglés). Aunque el hecho de ver a dos niños de diez años sentados uno al lado del otro puede parecer algo de todos los días; En el contexto de la división palestina-israelí no lo es. Un conflicto que atraviesa todos los sectores de estas sociedades incluyendo a los niños.
La Imagen de Abraham es una iniciativa educativa innovadora que combina desafíos pedagógicos y sociales para niños y adultos (estudiantes, maestros madres y padres) árabes y judíos, y abre la puerta a la comprensión y al respeto mutuo. El programa empezó hace veintitrés años y ya participaron más de 6300 estudiantes de Jerusalén este y oeste.
Discontinuado durante la pandemia, hoy se prepara para volver y busca nuevos financiadores que aseguren su continuidad. Quienes trabajan en esta iniciativa aseguran que es replicable en cualquier territorio de conflictos y tensiones y que ayuda a plantar la semilla de la convivencia.
Inspiración, respeto y aceptación
En una región de conflicto y volatilidad política como norma, la iniciativa La Imagen de Abraham propone una narrativa alternativa al miedo y la violencia.
El proyecto se inició para crear una plataforma de encuentro entre estudiantes del este y el oeste de Jerusalén. El objetivo es animar a los y las estudiantes de origen judío y árabe a descubrir su patrimonio compartido a través de actividades en las galerías del museo, ofrecer una visión universal de inspiración, respeto y aceptación.
El programa consiste en cuatro reuniones en el museo a lo largo del año escolar, previa preparación de los chicos y chicas en sus respectivas escuelas. Termina con una noche especial que también está abierta para las familias de los y las estudiantes.
“Reunir a estos niños para aprender sobre su herencia compartida abre una ventana a un mundo completamente nuevo. Arroja luz sobre las posibilidades y despierta la imaginación. Para construir un mundo con más aceptación, tolerancia y respeto, primero debemos aprender a comunicarnos unos con otros con ese mismo respeto”. Quien habla es Yonit Kolb, directora del BLMJ.
Desde su inicio en 1998, el programa se desarrolló en medio de la violencia, los agravios y la desconfianza que perdura ―y por momentos se agudiza― a cada lado del conflicto palestino-israelí. Participaron alrededor de 6.300 estudiantes judíos israelíes y palestinos de la gran Jerusalén. Asistieron en grupos mixtos, dirigidos por guías en hebreo y en árabe.
Los responsables del programa explican que “a pesar de la gravedad de los acontecimientos políticos, el compromiso para participar de los padres y profesores siempre se fortaleció cuando las cosas eran particularmente estresantes alrededor”.
Kater al-Nada y Schachar
Kater al-Nada es palestino musulmán y su familia vive bajo el Gobierno israelí en Jerusalén este. Shachar es israelí judío ortodoxo y vive en Jerusalén occidental. Sus barrios están a poco más de 12 kilómetros, pero la distancia entre ellos es abismal. Los separa la religión, el idioma y la nacionalidad.
Viven en mundos en constante conflicto y acumulan profundos resquemores. Participar en La imagen de Abraham les abrió los ojos sobre las posibilidades de la convivencia pacífica de una forma impensada en medio del conflicto. También sobre las noticias sobre ataques y la desconfianza. Las cuatro visitas semanales en el Bible Lands les mostraron un pasado compartido. Kater al-Nada fue con sus compañeros de la escuela primaria Beit Hanina y Shachar con los suyos de Efrata, una escuela primaria pública en el sistema escolar religioso nacional de Israel.
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