“Cualquier agresión militar contra Ucrania tendrá consecuencias descontroladas y costos graves”, advirtió Borrell en el pueblo de Stanytsya Luganska, en la región de Lugansk, sobre el frente del conflicto desatado en 2014 cuando milicias separatistas pro rusos tomaron el control de parte de esa provincia y de otra, lindante con Rusia.
Pese a la advertencia, el funcionario europeo subrayó que la UE está “trabajando en coordinación con Estados Unidos, la OTAN y otros socios para trabajar por la desescalada”.
Kuleba, por su parte, dijo estar “contento” por el hecho de que el jefe de la diplomacia europea tuviera la oportunidad de visitar la línea del frente de combate y “ver las consecuencias del conflicto con sus propios ojos”.
También aseguró que la exrepública soviética y la Unión Europea buscan “desescalar la situación por medios diplomáticos, para que Moscú reduzca las tensiones y abandone sus intenciones agresivas”.
“La Unión Europea está codo con codo con Ucrania para contrarrestar la política agresiva de Rusia”, ponderó.
La visita de Borrell es la primera de un responsable de política exterior de la UE al este de Ucrania desde que estalló la guerra hace casi ocho años.
Estados Unidos y sus aliados acusan a Rusia de preparar una invasión tras concentrar unos 100.000 soldados cerca de la frontera de Ucrania, un movimiento militar que siguió al debate sobre el posible ingreso de esa exrepública soviética a la OTAN, la alianza creada en la Guerra Fría para enfrentar la URSS.
Los países occidentales acusan a Moscú de estar planeando un ataque contra su vecino.
El conflicto estalló con la revuelta popular -apoyada por Estados Unidos y la UE- que derrocó al entonces Gobierno ucraniano, aliado de Moscú. Con la asunción de un Ejecutivo más cercano a las potencias occidentales, Rusia respondió invadiendo y anexando la península ucraniana de Crimea.
Luego le siguió el conflicto separatista en la zona fronteriza con Rusia que ya provocó más de 13.000 muertos. Tanto Ucrania como sus aliados acusan a Rusia de fomentar la rebelión, lo cual es rechazado por el Kremlin.
Además, ahora el presidente ruso, Vladimir Putin, niega estar preparando un ataque contra Ucrania y aseguró que los movimientos de tropas son una reacción al avance militar de occidente.
El mes pasado, Moscú exigió que la OTAN rechazara una eventual adhesión de Ucrania y pidió que Estados Unidos no estableciera nuevas bases militares en exrepúblicas soviéticas.
A partir del próximo domingo, altos funcionarios de Estados Unidos y Rusia mantendrán en Ginebra, sede de la UE, dos días de conversaciones para resolver esta crisis internacional.
“No hay seguridad en Europa sin seguridad en Ucrania. Y está claro que cualquier discusión sobre la seguridad europea tiene que tener en cuenta a la UE y Ucrania”, expuso Borrell, citado por la agencia de noticias AFP.
Por su parte, el mandatario estadounidense, Joe Biden, aseguró a sus aliados europeos que actuará con ellos de forma concertada, desestimando especulaciones de que podría buscar un acuerdo con Rusia que afecte a Europa.
Fuente Ambito