Balance. Balance sin resacas. Del año, otro, que vivimos peligrosamente al calor de la amenaza vírica y de la otra. Cuando nos dijeron tabernarios, y saliendo de Aranjuez éramos como un botellón de orcos. Y es que si algo hay que traer a esta ventana de día por estrenar, de día por abrir, es esa sensación de estar en el disparadero por ir y venir del duro bregar, que diría Unamuno. De dejarnos la vida y el tiempo en el asfalto porque quizá, en lo de la España vacía en la que unos han fijado su mamandurria, hay subvención y mucha gramática parda. Ayer era día para ese balance que hemos dicho antes. Pero todo iba a ser lo mismo y… Ver Más
Fuente ABC