A punto estuvo de matarlo. Solo la pericia de la víctima, pese a su avanzada edad, y el estado mental del agresor evitaron que el asalto que sufrió un taxista el pasado julio y que la Policía Nacional ha esclarecido meses después tras una intensa investigación acabara en tragedia. El suceso ocurrió la madrugada del 30 de julio. Sobre las cuatro menos cuarto, un individuo paró a un taxi en la confluencia de la calle de López de Hoyos con la de Fernández Oviedo, en el barrio de Prosperidad (distrito de Chamartín). El sujeto se subió en el vehículo, en el asiento trasero, y le dijo al conductor, de 69 años: «Lléveme a la Puerta del Sol». Según el relato del denunciante, no medió más palabra y apenas había empezado la carrera cuando notó como el cliente le apretaba en el abdomen con lo que parecía el cañón de un arma. Miró hacia atrás y vio que, efectivamente, le amenazaba con una pistola. En un gesto desesperado por salvar su vida, el taxista cogió el cañón del arma y, en ese momento, el delincuente apretó el gatillo. Sonó un ‘clic’, precisan fuentes policiales, pero no disparó ninguna bala. Eso hizo envalentonarse a la víctima, que creyó que se trataba de una pistola de juguete. El chófer paró el coche, salió y abrió la puerta del individuo, que se apeó con una navaja de grandes dimensiones en la mano. Entonces, el delincuente comenzó a lanzar cuchiilladas y, en un forcejeo, la víctima recibió las cuchilladas. Aun así, tuvo fuerzas para coger el cajetín monedero del coche y golpear con él al presunto homicida. Este se puso entonces a golpear la parte trasera del vehículo, que quedó dañada. Y huyó a la carrera. Sangraba abundantemente
Inmediatamente, el herido se percató de que tenía lesiones en la parte izquierda del abdomen, por donde sangraba abundantemente. Entonces, se dirigió al hospital y luego, con su parte médico, se presentó en la comisaría de Tetuán para interponer la correspondiente denuncia. Eso sí, parece que en ningún caso refirió que el agresor pretendiera atracarle. Eso y el hecho de que a las 4.30 de la madrugada las cámaras le captaran paseándose en calzoncillos, con otra camiseta y sin mascarilla por la misma López de Hoyos llevan a pensar que tiene algún trastorno mental. Huyó a Quintanar de la Orden (Toledo). Meses después, el encartado fue detenido por la PolicíaJudicial de la comisaría de Chamartín. De 46 años, contaba ya entonces con 31 reseñas, entre ellas por homicidio doloso en tentativa y dos por lesiones.
Fuente ABC