LA HABANA, Cuba. – Desde el centro penitenciario Combinado del Este, en la capital cubana, reclusos denuncian un brote de diarreas que aflige a gran parte de la población penal. Los afectados presentan deposiciones abundantes seguidas de vómitos persistentes. Este cuadro podría ser indicativo de una severa intoxicación alimentaria, pues en múltiples ocasiones los reclusos han reportado el mal estado de los alimentos que reciben en el centro carcelario, los cuales aparentemente no están aptos para el consumo humano.
De acuerdo con los testimonios de varios internos, la epidemia en esta ocasión habría estado precedida de la ingesta de “algo parecido a unas hamburguesas” que no se sirven fritas sino supuestamente horneadas, pero que al decir de los prisioneros en realidad están crudas.
De hecho, Arturo Sánchez Castaño, preso de nacionalidad colombiana, asegura que en esta ocasión esa especie de torta tenía mal olor, como si estuviera pasada. No obstante, enfatiza, los reclusos se ven obligados a comerlas, pues el hambre es “insoportable”. El propio Sánchez sufrió de fuertes diarreas y vómitos. Añade que en el penal no hay o no les dan medicamentos para esa dolencia, por lo que para frenar la deshidratación solo pudo beber una mezcla de agua con azúcar y sal que él mismo preparó.
A la gravedad del brote diarreico se le añade la escasez de agua en la cárcel, lo cual impide la correcta higiene y favorece la propagación de enfermedades. En el Combinado del Este, como en otras prisiones a todo lo largo de la Isla, no hay servicios sanitarios, sino unos huecos en el piso llamados “turcos”. Tampoco hay grifos para el suministro de agua corriente, sino unos chorros que salen de agujeros en la pared en un horario restringido.
Otra queja de los prisioneros es que durante la epidemia no solo no les dan medicamentos, sino que los enfermos ni siquiera reciben una dieta diferenciada específica para esa dolencia, como por ejemplo caldos o cocimientos, sino que tienen que continuar ingiriendo la misma comida descompuesta que les provocó la enfermedad.
Asimismo, denuncian el preso político Yasser Fernando Rodríguez González y otros reclusos que las autoridades penitenciarias han amenazado con declarar un supuesto brote de COVID-19 para justificar las diarreas si se hace pública la crisis, con lo cual quedarían suspendidas las visitas familiares.
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Fuente Cubanet.org