Solicitar el bono social en España implica un complicado proceso burocrático, que deja fuera a la mitad de los hogares con pobreza energética. Las familias que cumplen los requisitos tienen que pedirlo a las comercializadoras eléctricas y resolver un papeleo que la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha pedido simplificar. En Suecia, quieren que sea distinto.
El ministro de Energía, Khashayar Farmanbar, anunció este miércoles que el Gobierno del país suministrará de forma automática las ayudas para los hogares que afronten unas facturas eléctricas desmesuradas. Será el propio Ejecutivo el que localizará a estas familias, sin necesidad de que tengan que solicitarla. Algunas asociaciones de consumidores, como la OCU, han propuesto en varias ocasiones un modelo similar para España.
Las diferencias saltan a la vista. Mientras que en nuestro país solo 1,1 millones de familias reciben las ayudas directas para pagar la luz, el Ejecutivo sueco calcula que su medida beneficiará a 1,8 millones de hogares. Si se tiene en cuenta que en el país nórdico hay 4,8 millones de núcleos familiares, esto significa que el 37,5% del total se beneficiará de algún tipo de prestación. En España, con 18,75 millones de hogares, esta cifra se reduce hasta un testimonial 5,87%. Incluso el 45% de los que sufren pobreza energética no se benefician de los subsidios.
El Gobierno de Suecia, encabezado por los socialdemócratas, aún tiene que perfilar la medida con las diferentes administraciones, los partidos políticos y las compañías eléctricas, pero el ministro de Finanzas, Mikael Damberg, ha anunciado que la ayuda puede llegar hasta los 194 euros al mes. La compensación se basará en el consumo eléctrico de cada hogar sueco durante diciembre, enero y febrero.
“El Gobierno se toma esta situación con la mayor gravedad y dedicará, por tanto, 6.000 millones [de coronas, unos 538 millones de euros] para compensar a los hogares con facturas de electricidad altas. Es una medida excepcional para tiempos excepcionales”, dijo Damberg en una rueda de prensa.
Como España, Suecia no se libra de la escalada de precios en Europa, que se debe, entre otros factores, al encarecimiento del gas en los mercados internacionales y al aumento del valor de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂).
Fuente El Confidencial