Por Lucila Marin
El país cayó 18 casilleros y quedó ubicado en el puesto 96 entre 180 países; consiguió 38 puntos de los 100 posibles y no logró superar la media global, ubicada en 43
La Argentina retrocedió 18 casilleros en el índice anticorrupción anual realizado por la ONG Transparencia Internacional y quedó ubicada en el puesto 96 entre 180 países. En el 2020 ya había perdido 12 puestos en el ranking mundial, que significó una recaída luego de haber escalado durante los últimos años
El país obtuvo 38 de los 100 puntos posibles y no logró superar la puntuación media de la tabla mundial: 43 puntos. El año pasado había conseguido 42 puntos y se ubicaba en el puesto 78.
El índice, donde la mejor puntuación es 100 y la peor 0, califica a los países según el nivel de percepción de la corrupción en el sector público, construido a partir de datos de 13 fuentes externas: encuestas y evaluaciones realizadas por varias instituciones que incluyen especialistas en la materia, empresarios y consultoras.
“El resultado para Argentina es malo y se observa que mantiene una caída en la percepción de los consultados sobre el nivel de corrupción en el sector público en nuestro país”, afirmó Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional.
La presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira Rubio, consideró que existen varios factores que explican el deterioro en materia de corrupción en la Argentina y enumeró: la situación de los acusados por actos de corrupción, la relación del Gobierno con la Justicia y la falta de transparencia en la compra de vacunas contra el Covid-19.
“Destacaría la creciente impunidad de la que gozan los involucrados en actos de corrupción y los reiterados intentos del Gobierno por colonizar al Poder Judicial, afectando la independencia de los jueces. La gravedad de estos ataques llega al nivel de la Corte Suprema de Justicia. Sin un Poder Judicial independiente la corrupción aumenta”, indicó la abogada argentina a LA NACION.
“Otro factor que claramente influyó en la percepción de corrupción es la falta de integridad de muchos funcionarios públicos que alcanzó niveles de escándalo con el “vacunatorio VIP” y el “Olivosgate”, claros ejemplos de abuso de poder en beneficio personal y de familiares y amigos, exactamente la definición de la corrupción. La falta de transparencia que afectó y afecta los contratos de compra de vacunas es otro aspecto que contribuye a la percepción de corrupción, afecta el derecho de acceso a la información pública y dificulta el control del uso de los recursos públicos”, agregó.
El 2020, marcado por la pandemia, significó una recaída para la Argentina luego del primer año en la Casa Rosada de Alberto Fernández. En 2019, durante su su último año, el presidente Mauricio Macri obtuvo la mejor calificación de su gestión: logró escalar al puesto 66 y consiguió 45 puntos.
Según la visión de Delia Fernández, ese salto desde el puesto 85 estuvo impulsado por el avance judicial de la causa los cuadernos de las coimas, revelada por LA NACION. El último gran salto había sido cuando Macri llegó al poder y luego de que Cristina Kirchner dejara el Gobierno, en 2016: la percepción sobre la corrupción en la Argentina había bajado.
A escala regional y global
Si se realiza un corte regional, la Argentina tampoco se encuentra entre los mejores países de América: está en la posición 18 de 31 estados, superada entre otros por Uruguay (2°), Chile (3°), Cuba (12°) y Colombia (15°). En peor situación se encuentran Brasil (19°), Perú (22°), México (24°) y Venezuela, que ocupa el último lugar.
Como lectura global, el informe destaca que la lucha contra la corrupción se encuentra estancada “en un entorno de abusos a los derechos humanos y deterioro de la democracia”. El 86% de los países evaluados no mostró ningún progreso en los últimos diez años y 154 países han sufrido un deterioro o no han avanzado sustancialmente.
El podio a nivel mundial está encabezado por Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda: los tres consiguieron 88 puntos. Los datos coinciden con el informe Democracy Index donde estos tres países también se encuentran entre los diez mejores puntuados. Por el contrario, los países percibidos como más corruptos resultaron Somalía (13), Siria (13) y Sudán del Sur (11).
Fuente La Nacion