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Por Cristina Seguí –Especial Total News Agency-TNA-
La mayoría de la opinión pública no conoce a Francisco Zarzoso, pues sobrepasa generosamente la media de edad de las víctimas de Mónica Oltra y de la red de medios valencianos de la que Chimo Puig es accionista con 177.000 euros en acciones, y a la que rescató con 1,3 millones de euros en julio de 2019, Prensa Ibérica.
A nivel autonómico, este grupo editorial posee a El Levante, periódico de cabecera de Chimo Puig, y dirigido por la ex jefa de prensa del presidente de la Generalidad Valenciana, Lydia del Canto, quien se ha ocupado por orden de éste de que Zarzoso, como los menores tutelados por Oltra y abusados bajo su cargo, no existan.
Después, en 2020, llegaron 14 millones de euros en publicidad institucional para que el mismo grupo, junto a Prisa, hicieran con Francisco, con las niñas abusadas por el marido de Oltra, y con los otro 175 niños tutelados, lo mismo que haría un maltratador y su cómplice: que el agresor pueda seguir manteniendo el mismo control absoluto sobre su víctima y el desconocimiento total de los vecinos. En este caso, la ignorancia de la opinión pública para que la sociedad no pueda levantar la voz contra los responsables.
No obstante Francisco Zarzoso está más vivo que nunca después de haber sido absuelto por la juez de lo penal número 3 de Castellón del delito de “abuso sexual” de una menor un año después de que Mónica Oltra decidiera “matarlo” el 24 de mayo de 2017, el día que la vicepresidenta de la Generalidad se subió al estrado del parlamento valenciano y pronunció las siguientes palabras: “Si no consientes vas a seguir chupando pollas toda la vida”, palabras seguidas de un largo discurso para acusar de agresor sexual a este abogado, ex concejal del PP, y educador del centro de menores de las monjas capuchinas, Nuestra Señora de la Resurrección de Segorbe.
Francisco jamás fue acusado por la menor ni por su familia. La única “prueba” que tenía Oltra: una información reservada y fabricado tan ilegal, y tan prevaricador como el informe parajudicial que recibió el nombre de “Información reservada 01/2017″, de fecha 7 de noviembre de 2017”, y que elaboró el mismo año para acabar con la credibilidad de la menor abusada por su marido y para proteger al pederasta condenado al que la máxima exponente del feminismo patrio encubrió durante años.
Mientras Mónica Oltra acusaba de abusador sexual a Zarzoso en las Cortes valencianas, la vicepresidenta ya llevaba 4 meses tapando los abusos sexuales de su marido a Teresa, y según dos testimonios más a otras dos niñas de 7 y 9 años, en el Centro Niño Jesús de Valencia con una operativa perfectamente descrita por parte de la juez de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia:
“Responsables del Centro de acogida, psicólogas, funcionarias y altos caros de la Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas tuvieron conocimiento de los abusos en febrero de 2017 y durante varios meses omitieron su deber de denunciar, en lugar de ello, victimizaron a la niña, desacreditándola mediante argumentos ad hominen y ataques personales; posteriormente en junio de 2017, cuando la niña contó a la Policía que estaba siendo abusada, intentaron que no le dieran crédito; realizaron una especie de investigación parajudicial de la que no informaron a la Fiscalía de Menores con l único propósito de desactivar la denuncia: para ello derivaron a la niña tutelada a un centro psicológico privado que elaboró un informe ad hoc; ocultaron esa “Información reservada” durante dos años y la destaparon a los pocos días de terminar el juicio; aplicaron un protocolo de abusos que elaboró ex post el propio abusador de acuerdo con la directora del Centro; permitieron que durante todos esos meses abusador y víctima convivieran en el mismo centro (?)”.
Cuatro años después de su absolución, y con el efecto boomerang contra Oltra, víctima de sus propios actos, Zarzoso y su mujer conversan conmigo frente a la chimena, y me enseñan las cartas de todas las alumnas que no sólo apoyaron a Zarzoso, sino que fueron a la mismísima puerta del tribunal en el que fue juzgado, y donde se jugaba 3 años de cárcel a petición de Fiscalía.
“Una de las niñas que salió del centro, y de las pocas que acabaron sus estudios, todavía viene a casa a cenar con mi mujer y conmigo, pero no es la única, una Nochebuena traje a casa con mi mujer a P., un niño al que dejaron tirado en el centro una pareja de mujeres, altos cargos de Oltra, que pretendían adoptarle, y que devolvieron a los pocos días de llevárselo diciendo que tenía el demonio dentro. No iba a dejarle solo en el centro en una noche así. En estos 18 años he llegado a disfrazarme para ir a buscar a los barrios conflictivos los chavales y a las chicas que se metían en problemas. Después de 18 años, la acusación de Oltra me hizo perder mi ático en Segorbe, mi trabajo, y me obligó a aprender a vivir sabiendo que había gente que pensaba que yo era un monstruo. Incluso ahora después de mi sentencia absolutoria”.
En esa sentencia la juez no escatima en palabras a la hora de señalar las prácticas de Oltra alejadas del más mínimo proceder democrático y ajustado a derecho:
“…Partiendo de todo lo anterior, debe recordarse que uno de los principios cardinales derecho penal contemporáneo, en sus facetas sustantiva y formal, es aquel que proclama la presunción de que toda persona acusada de una infracción penal es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Y no está el principio un mero postulado ideal impregnado de abstracción y con entidad solo en el ámbito de la axiología, pues ha pasado a integrar norma directa y vinculante para todos los poderes públicos, eligiendo es el derecho cardinal y básico de todo ciudadano de lo que se hace eco no solo los artículos 9 y 53 de la Constitución sino del propio artículo 5.3 de la ley orgánica del poder judicial de 1985.
A su vez, en su faceta procesal el derecho a la presunción de inocencia significa esencialmente desplazar el onus probandi, Esto es, que quien afirma la culpabilidad ha de probarla, y por tanto es a la acusación a quien corresponde suministrar la prueba de manera que cuando tal prueba tenga entidad suficiente servirá para enervar tal presunción…”.
Cuatro años después, este abogado con una vida consagrada a la enseñanza desde la época en que comenzó a dar clases en la academia de su padre, sigue recuperando su vida poco a poco. Es vitalista, pero viene del peor lugar en el que una persona le puede tocar estar.
“Esto es aún peor que que te acusen de asesinato”, repite. A lo que asiente su mujer Yolanda, que aunque presume de una formación humilde mientras me pone el cortado, se ha convertido a todas luces en una abogada sin título a fuerza de recoger testimonios, subrayar la documentación de su marido, y leer jurisprudencia. Se manifiesta orgullosa de su marido, al que conoció en su peor momento un mes después de haber sido acusado por Oltra como hacen los dictadores, en sede extra judicial. Ella, Yolanda, también es otra víctima de Oltra, una mujer de las muchas que no importan a las feministas, aunque a la compañera de Zarzoso no le importa. “Un día le envié esta carta”:
“Que siempre das la cara ja ja ja, me río de tus palabras. Si eso fuese cierto has tenido años para disculparse pública y mediáticamente con el exeducador de Segorbe, al cual lo pusiste contra el paredón antes que un juez.
Dices que hay muchas personas que están esperando explicaciones.. pero otras están esperando tus disculpas, hundiste a una familia entera, manchaste su reputación, dices no ser culpable de lo que hizo el que entonces era tú marido, te divorciaste para salvar tu carrera política?, porque yo siempre como mujer que soy, se muy bien con quien dormía y a día de hoy sigo durmiendo todas las noches.
De mujer a mujer te digo.. No sabías tú con quien dormías?
Hablas tú de responsabilidad, ERRASTE, pero tú orgullo te impide disculparse, a eso le llamas tú ser responsable?
Curiosamente ambos casos de presuntos abusos sexuales acontecieron en las mismas fechas, pero sólo supiste hablar de mi marido, al cual absolvió con todos los pronunciamientos favorables una magistrada y curiosamente al que ahora es tu exmarido lo han juzgado dos veces y condenado dos veces!
Nosotros somos una familia más unida aún ahora que antes. La tuya está desestructurada. No eres ejemplo a seguir, ni mucho menos capacitada para dirigir ni tutelar a menores ni familias.
Si de verdad eres mujer, dimite o disculpate!!”
En reconocimiento a Francisco Zarzoso y a Yolanda, las otras víctimas de Mónica Oltra.
