Por Daniel Romero
Termina la feria judicial y retoman vigor las causas por corrupción del kirchnerato. Principalmente las de CFK y es por eso que con la marcha buscan derrocar a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
No por nada, los principales 10 impulsores están procesados o condenados.
Una de las excepciones es el juez militante Juan Ramos Padilla, un curioso personaje que tuvo varios cargos en la justicia, incluso ascensos durante la dictadura militar. A saber:
Ciudad: Morón provincia/estado: Buenos Aires (desde: 31/08/1982 -‐ hasta: 10/04/1984) observaciones comisión:
La fiscalía es la nø 4
Cargo: fiscalía de primera instancia fiscal (desde: 31/08/1982 -‐ hasta: 10/04/1984)
* Dependencia: cámara penal justicia: provincial
Ciudad: Morón provincia/estado: Buenos Aires (desde: 17/04/1979 -‐ hasta: 31/08/1982)
Cargo: cámara penal secretario de cámara
(Desde: 17/04/1979 -‐ hasta: 31/08/1982)
* Dependencia:
Juzgado de primera instancia en lo penal nro. 6
Justicia: provincial
Ciudad: Moron provincia/estado: Buenos aires (desde: 01/12/1976 -‐ hasta: 17/04/1979)
Cargo: juzgado de primera instancia en lo penal nro. 6
Secretario Penal
(Desde: 01/12/1976 -‐ hasta: 17/04/1979)
Como se puede apreciar, cargos de relevancia en la justicia penal en Morón, territorio bajo injerencia de la Fuerza Aérea durante el gobierno defacto que fue de 1976 a 1983. No cualquiera pasaba el filtro de los militares de aquel momento a la hora de obtener nombramientos en la justicia.
El otro antecedente laboral de uno de los impulsores de la marcha, es su llegada al Juzgado Federal 1 de Morón en 1986, durante el gobierno radical y su renuncia en 1988. Pocos recuerdan que del juzgado federal 1, precisamente en esos años, desaparecieron cerca de tres kilos de cocaína de la caja fuerte, un hecho de gravedad y que en ese momento levanto polvareda. Juan Ramos Padilla renuncio, justamente en 1988. Nunca se supo a ciencia cierta quien o quienes fueron los responsables. Pero esto es solo historia.
Hoy día, este juez de la nación, junto a un piquetero condenado, la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia, el vice ministro de Justicia y otros funcionarios con el beneplácito del Presidente de la Nación, promueven un golpe contra uno de los poderes del estado, la Corte Suprema. No se me ocurre algo de mayor gravedad institucional.
La asociación de Fiscales, dijo: “profunda preocupación por las expresiones vertidas y acciones propuestas por algunos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional contra los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”
La lista Bordó de la Asociación de Magistrados, es la línea interna enfrentada a la celeste cuyos integrantes están dentro de Justicia Legitima, que preside la titular de la AFI, Graciela Caamaño.
La bordo es la que contiene a los jueces no ideologizados y también se expresó, aludiendo, sin nombrarlos, a los miembros del Poder Judicial que apoyaron la marcha contra la Corte: dijo que “las y los integrantes del Poder Judicial” cuando se manifiesten públicamente deben hacerlo “con moderación y sensatez” y criticó “la convocatoria con ruido a destituyente patrocinada y alentada desde distintos sectores y funcionarios del gobierno nacional”.
A quien escribe no tiene dudas en que esta intentona golpista, no solo busca provocar la renuncia de los ministros de la corte, tal como lo expresaron públicamente, sino también meter miedo para limitar su accionar, principalmente en los jueces que deben juzgar y fallar en los expedientes que llevan a Cristina Kirchner, sus hijos y demás consortes de causas. Estas causas llegaran a la corte sumándose a las que ya están en el 4 piso del Palacio de Tribunales.
Algunos sectores de la oposición apoyan una contra marcha para el dia 3, cayendo en una trampa mortal. En este golpe el oficialismo saca toda su parafernalia militante y cuenta con los tanques del presupuesto nacional para alquilar fuerzas de choque. No se compite con sediciosos, se los somete a la justicia y se los procesa. Alguien debería decirles que no podemos comernos al canibal.