
“Repsol -subrayó- no ha mostrado hasta el momento la voluntad de emprender acciones claras de limpieza y reparación ante lo ocurrido, tras el vertido al mar y en el litoral frente a Lima y la ciudad gemela de Callao de una cantidad de entre 6.000 y 12.000 barriles de crudo que contaminaron una superficie total de costa y agua de 11.337 hectáreas.
El derrame del 15 de enero, calificado como “desastre ecológico” por el gobierno peruano, ocurrió mientras el buque tanque “Mare Doricum”, de bandera italiana, descargaba en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, propiedad de Repsol.
La mancha negra de crudo provocó la muerte de una cantidad indeterminada de peces, aves y mamíferos marinos. Además, dejó sin poder trabajar a cientos de pescadores artesanales.
“Repsol confirma que ha recibido la notificación” que ordena paralizar la carga y descarga de hidrocarburos desde buques, dijo la empresa en un comunicado.
“La compañía, sin perjuicio de no compartir la resolución por considerarla desproporcionada e irrazonable, pero en aras de garantizar el suministro de sus productos, expresa su plena disponibilidad de colaboración con las autoridades peruanas”, añadió.
La petrolera destacó que “la Refinería La Pampilla abastece el 40% del mercado peruano de combustibles y, por ello, Repsol realizará los mayores esfuerzos para evitar el riesgo de desabastecimiento” de combustibles.
El viernes la justicia peruana prohibió salir del país por 18 meses a cuatro directivos de la petrolera española -un español y tres peruanos- y ordenó la “incautación” del buque tanque involucrado, que permanece fondeado a seis millas del puerto del Callao.
Fuente Ambito