Por Jorge Corrado –Especial Total News Agency-TNA-
“Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos”
Saint Exupéry -1900/1944- Grl Br. (R) Heriberto Justo Auel*
1). Mirar y ver. Una dirigencia extraviada y confundida.
2). “Pensar, luego obrar”.
1). Mirar y ver. Una dirigencia extraviada y confundida.
La célebre sentencia de Saint Exupéry ha tenido muchísimas interpretaciones. En nuestro caso la traduciremos del siguiente modo: “Solo ingresan a lo esencial quienes cuentan con los sensores para hacerlo”. Y coincidimos con el prestigioso piloto-novelista cuando emplea la figura de “ver con el corazón”, es decir, “ver desde la concordia”.
Nuestras FF. AA. han sido extrañadas y desmanteladas -desde 1983- por decisión política. Se lo hizo desde la “discordia” manifiesta de quienes simpatizaban y aún simpatizan con el terrorismo revolucionario o formaban y aún forman parte de él. Agreguemos a ello que quienes ocuparon el Ministerio de Defensa -en casi su totalidad- “carecieron de sensores” e idoneidad para el cargo y en algunos casos -además- fueron terroristas.
Por decisión política habrá que recuperar a las FF.AA. si decidimos hoy retomar el rumbo de la pacificación, la libertad y el progreso de nuestra Patria. No existe otro camino.
Decíamos -hace una semana- en el ensayo “Absoluta prioridad en el año 2023”:
“¿Fue casual que el enemigo revolucionario seleccionara al “núcleo duro” del Estado, para iniciar la toma del Poder? No, no fue casual. “Las Instituciones -como la verdad- son hijas de su tiempo” -dice Norberto Bobbio- y en la actualidad las instituciones FF.AA deben ser el sostén de la Política Exterior y el brazo armado que permite el desarrollo de una fuerte sociedad civil, así como la institución Poder Judicial debe ser garantía de credibilidad de la nación y garantía de su paz social”.
Hay fuertes indicios que ha llegado el tiempo de reaccionar luego de cuatro décadas de falacias revolucionarias que han manipulado el cerebro de la ciudadanía. No se puede mentir “todo el tiempo”, pues la realidad siempre estará presente y la niebla -naturalmente- se ha despejado. El indicio central de la reacción han sido las elecciones legislativas. El 70% del electorado ha dicho ¡basta!
Contamos con casi dos años para organizar la salida de la larga noche castro-comunista, sin olvidar que “¡Zapatero, a tus zapatos!”, también llegó la hora de exigir idoneidad. Miles de muertos inocentes testimonian el drama provocado porel resentimiento, el odio de argentinos extraviados y caraduras ignorantes, que aceptan cargos para los que no están capacitados. La confusión de los dirigentes siempre ha llevado al fracaso de sus pueblos.
2). “Pensar, luego obrar”.
Esta sentencia del Estagirita era la que presidía -en soledad- el austero despacho del fundador de los actuales Estados Mayores, el Mariscal Conde von Moltke -el Viejo- (1800/1891). Pensar metodológicamente y con un objeto preciso, es hacer ciencia y en nuestro caso es imprescindible hacerlo -para cumplir con la recuperación de las FF. AA.-
Es imprescindible apelar a la ciencia Polemológica y a la ciencia y arte de la Estrategia Contemporánea, teniendo muy presente el ritmo de la civilización que las contiene y las limitaciones que nos impone la profunda crisis a la que hemos sido llevados por el enemigo. Pero -cuanto antes- debemos rehabilitar a nuestras FF. AA. para que -desde el núcleo duro- podamos recuperar oportunamente al Estado Institucional. Debemos restablecer “la razón de fuerza y fuerza de razón”, como condición “sine qua non”.
La legislación que regula a la Seguridad Nacional desde 1988 ha sido elaborada por personas absolutamente legas, pero también altamente resentidas e ideologizadas. Hemos debatido con todos ellos y al hacerlo nos evidenciaron claramente su ignorancia, sus prejuicios y sus intenciones ocultas. No produjeron una sola página -de nivel académico- en el ámbito de las ciencias que hemos citado, pero son los responsables del huevo de la serpiente que viene provocando el indiscutible drama de nuestra total inseguridad e indefensión.
Dicha legislación -única en el mundo- ha sido calificada por nosotros como “vaca sagrada”, por cuanto es custodiada por el castro-comunismo como objetivo vital. A través de ella lograron el desarme físico y espiritual de los argentinos, luego de nuestra derrota en combate. Es imprescindible el reemplazo de estas normas perversas como primer paso de las próximas reformas estructurales. El “perro” -desde el CELS- controló personalmente el ascenso de los Oficiales Superiores de las tres Fuerzas durante décadas y determinó sus destinos. Actualmente el “triple agente” sigue ladrando.
Estamos transitando un momento histórico homólogo al que recorrió -en los primeros años del siglo XX- el entonces Cnl Pablo Ricchieri. El joven Ministro de Guerra y Marina del Pte. Roca debió crear una nueva estructura orgánica de fuerzas, desde los elementos residuales de los Guardias Nacionales y de las Milicias Provinciales. En el 2023 habrá que recrear las organizaciones de las FF. AA. que exigen las guerras del siglo XXI, dentro del histórico molde espiritual Sanmartiniano y a partir de lo que se haya logrado preservar de la demolición espiritual y física a la que estas han sido sometidas en las últimas décadas.
Ricchieri ganó una guerra -sin desenvainar- en cuanto presentó a nueva su criatura bélica. Chile retiró sus Divisiones -concentradas frente a Neuquén y Mendoza- y negoció los Tratados fronterizos. El joven Ministro logró la quinta esencia de un estratega: retener la Paz, sin abrir el fuego. Podemos y debemos recorrer esa misma senda -en otro tiempo- alcanzando la ansiada e ignorada pacificación nacional. Ello exige contar con una “visión holística” -del conjunto y de la complejidad de la situación- y una “visión estratégica” -que abarque un rumbo y un destino-.
Decía Maquiavelo que “quien tiene un fin quiere los medios” y la lógica de acero del florentino, sigue vigente. Los improvisados han pretendido adquirir “medios”, sin establecer fines.Llegaron así a determinar la no existencia de las “nuevas amenazas y riesgos estratégicos posguerra fría” por decreto, para amordazar a los altos mandos y negar las reales circunstancias belígeras, evitar el planeamiento estratégico y dejar “el campo orégano” para el avance de la revolución y su sostén financiero, el narcotráfico.
Hemos sostenido en las últimas décadas que el riesgo estratégico de nuestra Patria era la pérdida del Estado Institucional-hoy fallido- y la principal amenaza estratégica era y es el narcoterrorismo, sostén financiero del proceso revolucionario que abarca a Iberoamérica y a la Argentina -tras su regreso a fines de 2019-. Entre los años 1959/1974 a la agresión revolucionaria se le dio tratamiento de Seguridad Pública. Cuando la sangre llegó al río recién se reaccionó -tardía e improvisadamente-, se entendió que estaban en juego la Constitución, la soberanía y que además estaban en presencia de un hecho estratégico. Tardamos quince años en mirar y ver. Hoy ocurre exactamente los mismo.
Mientras se nos distrae con la pelea de los Ministros de Inseguridad y Tartufo juega su rol de Jano Bifronte, la revolución y el narcotráfico aceleran sus maniobras finales desde el poder, con el silencio de Ella y la preservación del Príncipe, para lo que viene. En el pasado se reaccionó mal, pero desde el Estado. Hoy ello es imposible y esa es la ansiedad oculta que recorre a la sociedad. Sin embargo los argentinos han dado muestras, a lo largo de su historia, que “no son empanadas fáciles de comer”.
Igual que ayer, el enemigo tiene comando externo y unificado. Su objetivo es continental. Ello nos exige actuar de consuno, inicialmente con Brasil y Uruguay, luego ampliando -con el resto de la Región- el “Acuerdo/Tratado de Seguridad Colectiva y Defensa Común”, que debió elaborarse en los ´70. Un Estado Mayor Conjunto/Combinado será el eje de la transformación de la Seguridad Continental y la resolución de un conflicto que nos ha paralizado durante casi un siglo.
“Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos“
*Presidente del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires.