Decía el actor estadounidense John Randolph que «el tiempo es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos». Dos años después de la llegada del coronavirus a nuestras vidas, resulta paradójico calificar el paso de las semanas y de los meses como un abrir o cerrar de ojos o bien como una auténtica eternidad. Planteado de otra forma, alrededor de 730 días han transcurrido desde que estallara la pandemia en España con explosiones simultáneas de contagios como «la bomba biológica» del partido de fútbol entre el Valencia CF y el Atalanta de Bérgamo. El encuentro de ida de los octavos de final de la Champions League entre ambos conjuntos se celebró el 19 de febrero de 2020 en Milán, donde se congregaron más de 40.000 aficionados italianos y más de 2.500 españoles en el emblemático estadio de San Siro. Por aquel entonces, en los albores de la pandemia en Europa, Lombardía constituía uno de los primeros puntos de ebullición de la transmisión del SARS-CoV-2 en el Viejo Continente. «Fue una bomba biológica». Este fue el diagnóstico utilizado por el alcalde de Bérgamo, Giorgi Gori, y el jefe de Neumología del hospital de la ciudad italiana, Fabiano di Marco, para calificar el partido disputado hace dos años entre los dos equipos de fútbol. «En ese momento no sabíamos lo que pasaba. El primer paciente en Italia fue el 23 de febrero, si el virus ya circulaba, los 40.000 aficionados que se desplazaron al Giusseppe Meazza se contagiaron, ya que hubo muchos contactos esa noche», subrayó el edil bergamasco. «En ese momento no sabíamos lo que pasaba, nadie conocía que el virus ya circulaba entre nosotros» Hasta Milán se desplazaron cerca de 2.500 valencianistas que pasearon como si nada ocurriera por la Piazza del Duomo y la Galería Vittorio Emanuele antes de acudir a la cita futbolística de la competición europea por antonomasia. El encuentro terminó con un resultado de 4-1 para los italianos, quienes se abrazaron, besaron y festejaron una aplastante victoria como si la vida no se fuera a detener pocas semanas después con un confinamiento que nadie esperaba vivir. No obstante, el alcalde Bérgamo matizó que el choque no supuso el principal foco de contagios de coronavirus en Italia, aunque sí que aceleró la propagación
en ambos países. «La chispa fue en el hospital de Alzano Lombardo con un paciente con una pulmonía extraña que contagió a pacientes, médicos y enfermeros», explicó en dicha intervención. Fabiano di Marco, neumólogo del hospital de Bérgamo, calificó aquellos trágicos e inusuales momentos como «una auténtica guerra». «Nunca lo olvidaré, pacientes en todas partes con neumonía, camillas por los pasillos. En un día gastamos 5.000 máscaras de filtro y pocas jornadas después se desató la gran crisis», puntualizó. En el retorno a España, regresó infectado de Covid-19 el periodista valenciano Quique Mateu, que permaneció más de veinte días hospitalizado antes de recibir el alta. Poco tiempo después, el Valencia Club de Fútbol confirmó los positivos del 35% de su vestuario, incluyendo cuerpo técnico, médicos, jugadores y otros empleados. Desatado el miedo en España, el encuentro de vuelta en Mestalla se celebró a puerta cerrada. Fue el 25 de febrero cuando la Comunidad Valenciana confirmó el contagio oficial de Covid-19, un joven de 32 años de Castellón que acudió a un viaje con otros amigos a Milán. Desde entonces, más de 1,2 millones de personas se han infectado en la región y un total de 8.940 han fallecido a causa de la enfermedad. En España, se contabilizan más de 10,8 millones de casos y 97.988 muertes desde hace dos años.
Fuente ABC