MIAMI, Estados Unidos.- El Festival Internacional de Cine de Miami incluye en su programación de este año el filme One Second, del legendario director chino Zhang Yimou.
En el 2019, la película estaba abocada a recibir uno de los principales premios del Festival de Berlín, pero la dictadura china la retiró abruptamente aludiendo dificultades técnicas, eufemismo que suelen utilizar cuando los realizadores han cruzado la permisibilidad política en sus argumentos.
Yimou declaró, como habituado a este tipo de intervenciones, que esperaba poder presentar el largometraje en algún otro momento. Lo cual ocurrió durante el cierre del importante Festival de Toronto el año pasado, luego de filmar algunas nuevas secuencias a petición de los impertinentes censores.
Resulta asombroso cómo el régimen de Beijing puede entrometerse en la obra de sus grandes directores de cine y estos aceptan, sin mucha alharaca mediática, las decisiones de los comisarios ideológicos como una operación inevitable.
Yimou estuvo a cargo de la ceremonia de apertura de las Olimpiadas del año 2008, así como de otros eventos patrióticos entre los que figura la celebración del 70 aniversario de la revolución que dio origen a la República Popular China.
Este pudiera ser el exitoso modus operandi que la dictadura cubana quisiera implantar en los despojos de su industria cinematográfica, pero no lo ha logrado.
Yimuo ha dicho que One Second es su “carta de amor al cine”, y le asiste la razón. La historia se desarrolla en 1975, durante la siniestra revolución cultural, en poblados áridos y devastados por la pobreza cercanos al desierto de Gobi.
Tres personajes se disputan indistintamente un rollo de celuloide de la película nacionalista Heroicos hijos e hijas, que hace la ronda de proyecciones en los pueblos como única fuente de entretenimiento. Cada función es precedida por el noticiero número 22, donde se subrayan los “logros de la revolución”.
Un preso político se ha fugado porque es la única manera que tiene de ver a su hija, que sale durante unos segundos en el mencionado noticiero haciendo trabajo voluntario.
La huérfana del pueblo necesita cerca de 12 pies de celuloide para hacer una lámpara que reemplace la que su hermanito le quemó accidentalmente a la pandilla de truhanes local, quienes ahora se la reclaman con violencia.
El proyeccionista, militante confeso, llamado Sr. Cine, quiere seguir desempeñando su oficio congraciándose con las autoridades, y necesita los rollos de película íntegros para cumplir su labor en el pueblo.
Yimou ha tejido una hermosa fábula alrededor de la magia del cine para soñar y mitigar frustraciones, incluso en las peores circunstancias.
El vagabundo está preso porque le pegó en defensa propia a un guardia rojo. La hija debe ignorarlo y despreciarlo si quiere avanzar en sus estudios. Al verla en el instante del noticiero, el padre comenta que no debiera estar estibando sacos como un hombre.
El pueblo se manifiesta manso y obediente, sin iniciativas, esperando “orientaciones”. Repite con entusiasmo infantil la ridícula película en blanco y negro donde el ejército chino vence a sus poderosos enemigos occidentales en primeros planos de rostros sobrecogedores.
Es la trama de una dictadura comunista, donde las personas son constantemente amenazadas de ser denunciadas al destacamento de la “Seguridad del Estado”, que vela por la tranquilidad y disciplina del pueblo, conforme con su destino miserable.
Al final de la proyección de la película, que ha sido entorpecida por varios incidentes, el Sr. Cine le edita al preso político un bucle de la cinta donde aparece su hija, para que la vea el resto de la noche en una imagen de gran impacto sentimental y hermosura cinematográfica.
En medio del “sálvese quien pueda” y la falta de solidaridad que impelen las dictaduras comunistas, Yimou presenta el preso político como su personaje positivo, sin dejar de impregnar de empatía a los otros, quienes son cautivos involuntarios de tantos obstáculos y presiones.
Luego de la controversia, Zhang Yimou ha logrado burlar la censura con artística sutileza, sin concesiones notables, para recordarnos que el séptimo arte no tiene barreras cuando expresa la verdad.
One Second se estrena en el Festival de Cine de Miami el 5 de marzo a las 4:00 p.m. en el Teatro Tower.
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Fuente Cubanet.org