En 1982, el Foreign Office le dio un plazo de tres días para dejar la sede argentina; fue un destacado diplomático de carrera, con misiones importantes en Israel, Turquía y Washington
Con más de 45 años en el Servicio Exterior de la Nación, el embajador Atilio Norberto Molteni –fallecido a los 81 años- defendió los intereses de la Argentina en momentos de fuertes tensiones. Debió cerrar la embajada en Londres en abril de 1982, luego de que las tropas argentinas desembarcaran en Malvinas con la misión de recuperar las islas, lo que desembocó en la guerra contra Gran Bretaña.
En ese momento Molteni era encargado de negocios en la sede diplomática en Londres, donde acompañaba al embajador Carlos Ortiz de Rosas, a quien el gobierno militar le asignó una misión en la Santa Sede para alejarlo de Gran Bretaña. La Armada, incluso, había intentado sin éxito designar en Londres a un militar.
Conocida finalmente la noticia del desembarco argentino en el archipiélago, con Molteni como encargado de negocios de la embajada, el secretario permanente del Foreign Office lo citó para notificarle, con marcada hostilidad, que el Reino Unido había decidido “romper relaciones” con la Argentina y que tenía tres días para dejar la embajada y salir del país, al igual que todo el personal diplomático.
En las semanas que duró la guerra, Molteni acompañó en Buenos Aires al canciller Nicanor Costa Méndez y trabajó en las presentaciones ante los organismos internacionales para defender la posición argentina. Siempre consideró un error que el país hubiera intentado la recuperación de Malvinas por la vía militar, postergando los avances que la Argentina lograba en el campo diplomático.
La suspensión de las relaciones entre ambos países dispuesta en 1982 se extendió hasta 1990, cuando el presidente Carlos Menem y el primer ministro británico John Major acordaron su reapertura. Mario Cámpora fue designado embajador en Londres.
Experto en Medio Oriente
A esa experiencia en Londres, Molteni sumó su labor como embajador en Israel durante siete años (2003-2010), en años difíciles marcados por el prolongado conflicto en Medio Oriente. Designado por el presidente Eduardo Duhalde, se mantuvo en esas funciones durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner.
Molteni fue uno de los más reconocidos especialistas argentinos en la problemática de Medio Oriente y es autor de uno de los libros de referencia en esa materia (“La República Argentina y Medio Oriente”). Se mantuvo varios años al frente del Comité de Estudios de Medio Oriente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Nacido en Buenos Aires el 6 de julio de 1940, se había graduado de abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1964, año en que se incorporó al Servicio Exterior de la Nación. Tiempo después, obtuvo el Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales, con una tesis sobre “Derecho de petición del individuo en el ámbito de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”.
Prestó, además, servicios en la embajada argentina en Washington –también con Ortiz de Rozas como embajador- y en el consulado general en Nueva York, y tuvo relevantes actuaciones en las representaciones de nuestro país ante las Naciones Unidas y organismos internacionales, con sede en Ginebra.
Fueron destacadas sus gestiones como embajador en Suecia (1994-1998) y en Turquía (1998-2000) y también actuó en las sedes diplomáticas argentinas en México y Japón, y se desempeñó como director de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales en la Cancillería, donde también tuvo a su cargo las áreas de Organismos Internacionales, Ciencia y Tecnología e Informática.
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En los años 90 fue convocado por el embajador Juan Bautista Yofre, durante su gestión en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), quien lo designó subsecretario de Inteligencia Exterior, con la misión de profesionalizar el área.
La política internacional en favor del desarme nuclear fue otra de sus preocupaciones. Con el voto de distintos países, fue elegido en 2002 para presidir la Comisión Plenaria de la 46° Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), reunida en Viena.
El mismo año representó a la Argentina en un encuentro internacional celebrado en Varsovia para analizar el régimen de control de tecnología misilística. Compartió allí los objetivos tendientes a evitar la proliferación de los sistemas portadores de armas de destrucción masiva.