He visto a Kylian Mbappé echando el reojo muy a lo alto, mientras entrenaba en el Santiago Bernabeu. Mbappé es hoy el reprís de talento del nuevo fútbol, y el Bernabéu es un estadio en remodelación que se nos anuncia como el templo mayor del tinglado. Mbappé miraba el insólito andamiaje celeste del nuevo Bernabeu y de algún modo el Bernabeu en curso le mira a él, como quien espera a su poeta. No extraña que el Bernabeu mire, codiciosamente, a Mbappé, pero tampoco extraña que el futbolista de más alta estrella, hoy, sopese, admiradamente, un estadio que tiene ya una mitad de nave de fantasía y una mitad de ovni japonés. Tiene la pinta de que ahí dentro pudieran jugar… Ver Más
Fuente ABC