Gonzalo Bernardos, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona (UB), ha advertido este sábado que el aumento de la inflación, ahora disparada como consecuencia de la guerra en Ucrania
«obligará a tomar medidas desagradables». En declaraciones al programa Converses de COPE Cataluña y Andorra con la participación de ABC, ha explicado que las empresas «si quieren vender, tendrán que sacrificarse sin repercutir el aumento de sus costes en los precios» y sobre los salarios «no podrán incrementarse más del 3% en la negociación de los convenios» aunque la inflación media sea el doble. A ello se añadirá que el Banco Central Europeo (BCE) tendrá la obligación de subir los tipos de interés y dejará de comprar deuda de los países, mientras el Gobierno «no podrá bajar los impuestos porque tendrá más déficit público y subirá la prima de riesgo de España». En este contexto, en Cataluña «se hace todo lo posible para no generar riqueza, empezando por la alcaldesa de Barcelona, que ha decidido que su proyecto se base en el decrecimiento económico», hasta el punto de que el objetivo de Ada Colau es «convertir Barcelona en una ciudad dormitorio dentro de una Cataluña provinciana». A esa ausencia de proyecto de la alcaldesa para la capital catalana, el profesor lo compara como «tener un Ferrari y dejarlo todo el tiempo en el garaje». El diagnóstico se agrava porque el experto acusa al gobierno de la Generalitat de «no interesarle la economía”. Las trabas del Govern
Efectivamente, la tormenta económica actual se recrudece con un Govern que «en vez de recuperar el tiempo perdido con sus ensoñaciones, mantiene una reacción melancólica dificultando la vida a emprendedores, a trabajadores cualificados y a la importación de talento extranjero». En este punto, el mediático académico avisa de que «las universidades tendrán un problema muy importante si ahora también exigen a los profesores extranjeros saber catalán para dar clases». «En lugar de ser líder en Europa, nos encontramos con una Cataluña provinciana y hermética», ha sentenciado. Para ilustrar su afirmación, ha recordado que Cataluña mantiene la misma aportación al PIB español desde el año 2000, «mientras en este mismo periodo Madrid ha crecido del 17,9% al 19,3% porque ha facilitado la actividad económica». El profesor de Economía de la UB piensa que «Colau restringe cualquier tipo de iniciativa que pueda enriquecer la ciudad, ya sea el turismo, el puerto, la ampliación del aeropuerto, o el comercio». En este sentido recuerda medidas de Colau «restringiendo el tráfico en la ciudad y poniendo dificultades para que venga la gente». «Para Colau -añade- cuanta menos actividad económica se produzca en Barcelona, mejor». Para más inri, «la alcaldesa ha contado con el apoyo de ERC para tener la ley de la vivienda más dura del mundo, con lo que ha liquidado el mercado del alquiler», ha sentenciado. En cuanto a los aspectos positivos, el experto ha vaticinado que este 2022 será «un año espectacular para el turismo, mejor que el 2019, ya que el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia desviará hacia España una parte del turismo que va hacia Grecia, Turquía o Hungría». Subastas por energías
Sobre la crisis energética, Bernardos ha explicado que «en España no hay que tener miedo a quedarnos sin gas, porque en este aspecto aquí se han hecho las cosas bien y tenemos suministro desde Argelia, por lo que no somos dependientes de Rusia». Sin embargo, considera «un gran riesgo» que Europa no tenga acabada la conexión pirenaica del gaseoducto que trae gas a España desde Argelia y del que ahora mismo quedan solo cien kilómetros por construir ente Hostalric (Girona) y la frontera francesa. Bernardos ha señalado que los grandes opositores a este proyecto son los franceses, «que quieren que España sea una isla energética, y también los ecologistas gerundenses». El experto en economía ha criticado duramente el precio de la energía, ya que «no funciona bien el algoritmo utilizado para la fijación de los precios» y porque «no debería realizarse la subasta de todas las fuentes energéticas juntas y se debería proceder por separado». Sobre el mal uso que se realiza con la energía hidráulica, cuyo coste es notablemente inferior pero se cobra al precio resultante de la subasta, advierte de que «no se podrá expropiar a las compañías que gestionan los pantanos y lo único que se puede hacer es no renovar las concesiones, pero eso afecta solo a una parte pequeña».
Fuente ABC