El mismo día en que se firmó el acuerdo de legislatura entre Alfonso Fernández Mañueco y Vox en Castilla y León, el Comité Organizador del Congreso extraordinario proclamó a
Alberto Núñez Feijóo candidato único a la presidencia nacional del PP. Al político gallego le gusta respetar las formas y los tiempos, pero no ha podido evitar que se relacione ya su liderazgo incipiente en el PP con un acuerdo que muchos en su partido ven como un punto de inflexión que despeja el camino para otros similares en el futuro. «Aún no me he ido de Galicia ni he llegado a la presidencia nacional del PP. A los socialistas les pido que me insulten a tiempo, y no antes de tiempo», avisó ayer en Santa Cruz de Tenerife, dentro de la gira que ha emprendido por las 17 comunidades autónomas para presentar su proyecto. Pero Feijóo no puede evitar ser ya el nuevo referente en el PP, y el primer reto al que se enfrenta, incluso antes de ser elegido presidente nacional, es el de fijar con claridad cuál es y será la relación con Vox. Y esto solo acaba de empezar. La lista de desafíos que tiene por delante, dentro y fuera del PP, pondrá a prueba su intención de simultanear la presidencia del partido con la de la Xunta de Galicia durante «semanas o meses». 1. Relación con Vox. En apenas 24 horas ha habido interpretaciones para todos los gustos sobre la posición de Feijóo respecto al pacto con Vox en Castilla y León. La etapa de Casado estuvo marcada por el choque frontal con Abascal y aquel «hasta aquí hemos llegado» que le soltó en la moción de censura de octubre de 2020. Pero la realidad se ha impuesto y, como se ha visto en Castilla y León, si el PP quiere gobernar sin tener mayoría suficiente para hacerlo en solitario necesita a Vox. Feijóo ha modulado el mensaje del partido sin cerrar ninguna puerta y sin admitir una sola lección del PSOE que pacta con los golpistas independentistas catalanes y con Bildu. La izquierda le atacará por ese flanco, y Feijóo tendrá que marcar un mensaje claro sobre Vox que sirva para todo el partido. En el acto de presentación de su candidatura ayer en Tenerife, explicó así su posición: «La política española debe volver a la centralidad. Estoy muy alejado del no es no, y también estoy muy alejado del ‘o me das lo que te pido o hay elecciones anticipadas’. No me gusta ninguna de las dos cosas». 2. Lista más votada. Además de rechazar las lecciones que pueda dar Sánchez, después de hacer vicepresidente del Gobierno a Pablo Iglesias, Feijóo propone como solución un acuerdo para que gobierne la lista más votada. Es un criterio que tiene muy asumido desde el año 2005, cuando vio cómo un pacto de perdedores entre el PSOE y el BNG arrebató el poder al PP de Fraga en Galicia, aunque había ganado las elecciones con un 45,8 por ciento de los votos. Feijóo propondrá a Sánchez ese acuerdo, que ya puso sobre la mesa Rajoy durante su mandato, sin éxito. Su aceptación supondría quitar el poder a los partidos minoritarios y radicales en la formación de los gobiernos. Eso sí, el criterio solo se aplicaría si se sella ese pacto. 3. Elecciones en Andalucía. En los próximos meses habrá elecciones autonómicas en Andalucía, y ese será el primer ‘examen’ de Feijóo como nuevo líder del PP. El político gallego está dispuesto a aplicar ahí el criterio de que gobierne la lista más votada, si lo acepta el PSOE como norma general. En cualquier caso, las encuestas pintan bien para Juanma Moreno. El enigma está en saber si ocurrirá como en Castilla y León y necesitará a Vox para gobernar. 4. Absorción de Ciudadanos. Feijóo se ha marcado como objetivo atraer a una gran mayoría de españoles, ensanchar el partido desde la base por la izquierda y por la derecha, y de abajo arriba. El nuevo PP no quiere captar a exdirigentes de Ciudadanos, sino a sus votantes, por eso romperá con parte de la estrategia de Casado y García Egea basada en los ‘fichajes’ de antiguos cargos de Ciudadanos en toda España. 5. Pactos de Estado. El candidato de los populares está acentuando el perfil de partido de Estado del PP. «Tenemos que ser capaz de entendernos con el PSOE en asuntos básicos y evitar la politización en puntos vitales de la democracia», sostienen los barones. En Murcia, dentro de su gira por España, Feijóo lo dijo así: «No estamos condenados a buscar el enfrentamiento ante cualquier asunto. Por qué no unirnos en las cosas importantes, como hemos hecho antes». Su intención es buscar al PSOE en temas de Estado y recuperar un perfil perdido en las grandes políticas. 6. Renovación del CGPJ. El día de la presentación de sus avales, Feijóo ya criticó que la prioridad del Gobierno de Sánchez sea renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando hay una guerra en Ucrania. Fuentes populares sostienen que cuando se constituya la nueva dirección del partido se abordarán asuntos de Estado como ese. La renovación, apuntan, que está pendiente desde 2018, reforzaría ese perfil de partido de Estado que quiere imprimir Feijóo y además le permitiría hacer visible un cambio relevante respecto a la etapa de Casado. 7. Unidad interna. Puertas adentro del PP, el principal reto que tiene Feijóo es lograr la unidad interna, después de la mayor crisis que ha vivido esta formación en toda su historia. Su candidatura está respaldada sin fisuras por todos los barones, que están recibiendo a Feijóo en su gira por España con los brazos abiertos. Pero hay heridas que tardarán en cicatrizar. Bastó que Casado afirmara en París, en una reunión del PPE a puerta cerrada, que los ejes de su mandato fueron mantener a raya al populismo y el compromiso por la ejemplaridad para que una parte del partido saltara contra él. 8. Integración generacional. «Es la primera vez que una generación posterior desplaza a la más joven para hacerse con el poder». Este comentario de alguien muy próximo a Casado en el Congreso de los Diputados refleja el cruce generacional que se está produciendo en el PP, donde la ‘vieja guardia’ vive una especie de resurrección sobrevenida y vuelve a la primera fila. El comentario tiene su continuación: «La ley natural dice que los jóvenes volverán a sustituir a los mayores». ¿Un aviso a navegantes? En cualquier caso, Feijóo quiere integrar a «todos», sin dejar fuera a ninguna generación, como interpretan que pasó en la etapa de Casado. 9. El poder de los barones. La nueva etapa del PP empezó con una ‘rebelión de los barones’ territoriales contra la dirección nacional del partido, por la gestión de una crisis interna que derivó en un enfrentamiento sin precedentes. Feijóo fue encumbrado como líder por sus compañeros, que coparon todo el protagonismo en el partido. En este PP, los barones tendrán más poder interno y más peso ante Génova. «Ahora nos sentimos más escuchados y partícipes», aseguran. 10. Renovación territorial. La crisis del PP rompió el partido en pleno proceso de renovación territorial, justo cuando debía convocarse el congreso de Extremadura, donde Génova no contaba ya con José Antonio Monago como presidente. Feijóo debe decidir ahora cómo se afronta ese congreso, y también el de Madrid, aún sin fechas. El nuevo PP subrayó que se celebrará «cuanto antes». 11. La relación con Ayuso. Isabel Díaz Ayuso avaló a Alberto Núñez Feijóo como candidato a la presidencia nacional del Partido Popular. Tanto una como otro son dos pesos pesados con perfiles diferentes cuya relación y sintonía se pondrá a prueba en cada curva del camino que tome la dirección de Génova. El nuevo líder del PP presume de experiencia y se distancia de Casado
«No creo en los políticos que llegan al poder a aprender. Tienen un alto riesgo». Feijóo inició así su ruta por España para presentar su candidatura. «No creo en un gobernante que no haya gestionado servicios públicos, empresas públicas o privadas importantes, o que el principal activo de un presidente sea haber sido concejal. Es muy peligroso». Feijóo pone por delante su experiencia de gestión, en el Insalud y en Correos, y luego en Galicia con cuatro mayorías absolutas, y sin citarlo marca así la diferencia con Casado. Y lo hace cuando remarca que el objetivo de un político debe ser solucionar problemas, «y no crear ninguno», cuando sitúa a los barones en primera línea con un papel protagonista, cuando pone la unidad del partido como prioridad o cuando promete integrar «a todos», sin dejar fuera a ninguna generación.
Fuente ABC