La madrugada del 1 de agosto de 1980 la crónica negra vivió uno de esos casos que marcan un antes y un después: el asesinato a tiros, en su chalé de Somosaguas, de los marqueses de Urquijo, una de las principales fortunas del momento en España. El doble crimen, perpetrado mientras dormía la aristocrática pareja y aún en plena transición democrática, tenía todos los ingredientes para acaparar la atención de la opinión pública: misterio, odios cruzados, dinero, relaciones amorosas… La sociedad demandaba más y más información y el morbo y el sensacionalismo comenzaron a ser moneda común en el tratamiento periodístico. Hoy, más de 40 años después, el caso despierta aún un indudable interés informativo, alimentado todos estos años por apariciones de los protagonistas en los medios, especulaciones y, sobre todo, por la famosa frase de la sentencia condenatoria de Rafael Escobedo, el yerno nunca querido de los marqueses: «Solo o en compañía de otros», pronunciada por el fiscal en su informe final y recogida luego por los magistrados con una formulación similar. La mejor prueba de que esta historia se resiste a morir es el libro «Honor. Las otras víctimas del crimen de los marqueses de Urquijo» (editorial Almuzara) escrito por Macarena López-Roberts, VI marquesa de la Torrehermosa, y Angie Calero, compañera de ABC. Se trata del relato, escrito en dos voces, de todas sus indagaciones sobre un crimen que marcó personalmente a Macarena -es hija de Mauricio López-Roberts, condenado a 10 años por encubrimiento en este crimen-, y apasionó desde un punto de vista profesional a Angie. En el libro, escrito a modo de diario, las dos autoras se exponen al lector con una crudeza pocas veces vista. A nadie engañan; Macarena López-Roberts acepta el reto porque quiere limpiar la memoria de su padre y además intenta conseguir para él su derecho al olvido; a Angie Calero, que ni siquiera había nacido en el momento de los hechos -juventud insultante la suya- la movió la certeza de que estaba ante una gran historia, aún incompleta a pesar de los años. «Quiero desempolvar el caso y devolver a mi padre al lugar que le corresponde. No tuvo nada que ver con los asesinatos pero pagó caro proteger a su amigo Rafi Escobedo». «Quizá encontremos cosas que no te gusten»… Con este diálogo entre las autoras se abre el relato recogido en 266 páginas apasionantes, en las que se da la palabra a todos los protagonistas vivos; a todos, al menos, que han querido colaborar. Para alguien que ya estaba en activo en el oficio cuando se produjo el juicio por encubrimiento a Mauricio López-Roberts, y que tuvo que trabajar el caso, la obra no solo recuerda cosas ya sabidas, sino que hace aportaciones relevantes; tres, especialmente, como es la entrevista con el psicólogo de Rafi Escobedo, que se vio con él en la prisión de El Dueso poco antes de que se suicidara; la de Javier Anastasio, «el hombre que lo sabe todo, pero calla», huido de España para evitar ser juzgado y que solo regresó de Brasil cuando los crímenes habían prescrito, y la correspondencia de Macarena López-Roberts y Rafi Escobedo cuando éste ya estaba en prisión. «Honor» (editorial Almuzara) de Macarena López-Roberts y Angie CaleroDe máximo interés es la primera de ellas, pues este profesional refuerza la teoría del suicidio -las conspiranoicas, que en este caso apuntaban a un asesinato para evitar supuestas confesiones también aparecieron entonces- y cuenta cómo intentó provocarle un sentimiento de venganza contra su exmujer, Myriam de la Sierra, con la idea de darle un motivo para seguir viviendo. Las entrevistas con familiares de Macarena, con amigos de su padre o con el mayordomo, entre otras muchas, salpican los avatares de una investigación en la que tampoco faltan los hacker o elementos inquietantes motorizados que parecen perseguir a las autoras. Por supuesto, también aparecen posibles móviles de los asesinatos. El resultado es un libro distinto, honesto, trabajado, que aporta información de valor y reconcilia con el buen periodismo. «En el caso Urquijo hubo muchas hipótesis que desviaron la atención sobre quién mató a los marqueses»
Angie Calero es periodista ABC donde trabaja desde hace ocho años. Escribe en la sección de España y antes lo hizo en Gente. -¿Cómo surge la idea de embarcarse en un proyecto así? -Conocí el caso Urquijo hace ocho años, en el Máster de ABC. Siempre me han gustado los sucesos y con éste me entró una especie de obsesión. Coincidió con que Macarena publicó su primer libro y la entrevisté porque es hija de Mauricio López-Roberts y quería hablar con ella sobre el caso. Meses después, me propuso escribir «Honor». -¿Cuánto tiempo os llevó escribir el libro? -Seis años. Del caso Urquijo no se ha dejado de hablar en más de 40 años, por lo que estuvimos más de cuatro solo para documentarnos y hacer entrevistas. Fue complicado dar forma a toda la información. Trabajamos mucho la estructura del libro porque queríamos hacerlo ameno. El caso tiene muchas hipótesis que desviaron la atención de lo importante, que era saber quién mató a los Urquijo. El reto fue condensar lo que creíamos más relevante en un relato donde estuvieran las vivencias de Macarena, pero en primera persona. No entraba en mis planes que mi voz también apareciera. Fue ella quien me convenció. -¿Qué ha sido lo más interesante del proceso? -La entrevista a Campana López-Roberts y al psicólogo de Escobedo. También leer los más de 3.000 folios de los dos sumarios del caso Urquijo y, por supuesto, la entrevista a Javier Anastasio. Fue apasionante sentar en una misma mesa a Javier y a Macarena porque su padre, como se sabe, cumplió condena no solo por encubrir a Rafi Escobedo, sino que también le acusaron de haber dejado dinero a Javier para irse a Londres. En la sentencia ese préstamo se vincula a la posterior huida de Anastasio, algo que en realidad no fue así. -¿Cuál es la principal aportación del libro? Es una visión distinta, la de las otras víctimas, no solo los marqueses. Sufrieron cuatro generaciones de cuatro familias distintas, de los padres a los nietos. «Hay que establecer reglas para garantizar el respeto a la intimidad y el derecho al honor»
Macarena López-Roberts es, además de autora, una mujer directamente afectada por el doble crimen. -¿Cómo afectó el caso Urquijo a la familia López-Roberts? -Mi padre tiene que ver con el caso Escobedo, el único acusado y condenado como autor. Creyó proteger a Rafi al no contar inmediatamente a la Policía lo que éste le relató. «Ser un señor cuesta muy caro», decía siempre mi padre. Aquella lealtad mal entendida le costó cinco años de cárcel y cadena perpetua social compartida con los suyos. -¿Cómo fue la vida de Mauricio López-Roberts tras el crimen? -Vivió en un estado emocional de frustración y desánimo después de ver cómo su concepto del honor derivó en una condena absurda y en un desastre personal y familiar. Tras salir de la cárcel se retiró en el campo, alejado del mundo y de los amigos que le dieron la espalda. -¿Por qué el derecho al olvido? -El uso de las herramientas digitales nos expone ante los demás de una manera indiscriminada. Internet actúa como un cajón de sastre en el que la información circula sin control y al alcance de cualquiera. Una foto tomada en un momento inadecuado puede arruinar la reputación de una persona o destrozar una familia. Es imprescindible legislar y establecer reglas del juego que garanticen el respeto de la intimidad y el derecho al honor.
Fuente ABC