HOLGUÍN, Cuba.- Inaugurado en 1979, el Pirijod de Manuel, un paso peatonal situado en un tramo de la avenida de los Libertadores en la ciudad de Holguín, es símbolo de la desidia, el desinterés e ineptitud de las autoridades.
Su nombre rinde homenaje a un abuelo llamado Manuel, quien, a finales de la década de los años 70, “ante el imperativo de pasar con sus nietos la avenida para ver los juegos de pelota en el estadio”, propuso la idea, según consta en letras mayúsculas doradas a la entrada y salida del sitio.
Algunos entendidos cuentan que el diseño se tomó de obras similares construidas en la extinta Unión Soviética. En las grandes avenidas de Moscú hay uno cada 200 metros aproximadamente.
Sin embargo, el Pirijod de Holguín tuvo una corta vida útil. De baño público por la oscuridad debido a la falta de iluminación pasó a la inundación con aguas putrefactas y la acumulación de basura. Así ha quedado sepultado el conocido paso peatonal, que en la actualidad es un foco de vectores y roedores transmisores de enfermedades dentro de una ciudad que se enorgullecía de ser la más limpia en Cuba.
En la provincia este lugar es el único identificado con una palabra rusa. Se pronuncia ‘Pirijod’, que significa ‘paso peatonal soterrado’, y está escrito en el idioma eslavo con grandes letras en ambas entradas.
La polémica siempre ha acompañado al nombre. “¿Por qué identificar un lugar de Holguín con una palabra rusa?”, se pregunta Jorge Torres, quien, junto a varias personas, espera la guagua en la parada situada justo sobre el paso peatonal subterráneo.
Ante la imposibilidad de cambiar la identificación, muchos encuentran consuelo asociando en tono de burla la palabra extranjera con el hedor.
-“¿Cómo se dice ‘Peste’ en idioma ruso?”
– “No sé”
-“Pirijod”.
Es el chiste que ha vuelto a estar de moda en Holguín.
“Hace media hora estamos esperando la guagua y es insoportable la pestilencia que sale del Pirijod. Da vergüenza este lugar”, dice Torres.
Un antes y un después del Pirijod
Desde mediados de los años ochenta del pasado siglo el Pirijod comenzó a perder su utilidad por la desidia gubernamental.
Antes de la inundación el sitio fue “nido de amor” para parejas con bajos recursos que no podían pagar los cuartos de alquiler, y aprovechaban la oscuridad por las lámparas fundidas sin reponer. También fue famoso por ser el único “baño público” de la ciudad que funcionaba las 24 horas.
“Recuerdo que en varias ocasiones no pude cruzarlo con mi hijo pequeño. Las heces fecales estaban por dondequiera y su mal olor, junto al de la orina, imposibilitaban el paso. Es un lugar que siempre estuvo abandonado”, dice Zoila, una señora del reparto Sanfield.
¿Cuánto costó el Pirijod?
Nunca se publicó el gasto de la inversión, pero a juzgar por las características el monto de la construcción fue elevado. “Lo que es de todos no es de nadie. Eso sucede en el socialismo. Se utilizó el dinero del pueblo para la construcción y el Pirijod siempre estuvo abandonado. En Cuba solo es legal el Partido Comunista. Si existiera multipartidismo este problema estuviera resuelto”, dice Zoila.
Una señal de fondo azul y dibujo blanco que invita al peatón a descender funciona como un “adorno” clavado en la acera.
“Ni tan siquiera han tenido la prudencia de quitarla. Muchos visitantes se han guiado por la señal e inmediatamente suben enojados por el engaño y apretándose la nariz por el mal olor”, afirma el conductor de un bicitaxi que se identificó como Emilio.
En alusión al letrero que rinde homenaje a Manuel, Emilio opina: “No es un homenaje. Es una burla del Gobierno y el Partido no solo a Manuel y a sus nietos, sino al pueblo holguinero”.
¿Somos iguales ante la Ley?
La situación del Pirijod es otro ejemplo de que en Cuba no somos iguales ante la Ley.
El artículo 187 de la sección primera, Propagación de Epidemias, del Capítulo V, Delitos contra la Salud Pública, del Código Penal cubano sanciona con “privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas al que infrinja las medidas o disposiciones dictadas por las autoridades sanitarias competentes para la prevención y control de las enfermedades transmisibles y los programas o campañas para el control o erradicación de enfermedades o epidemias de carácter grave o peligrosas”.
Mientras que el que maliciosamente propague o facilite la propagación de una enfermedad “incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años”.
A finales de 20019, en medio de una ola de dengue en Holguín, se procesaron 22 personas bajo los postulados de este artículo. Los tribunales impusieron sanción de trabajo correccional, limitación de libertad y multas a ciudadanos que violaron lo establecido.
Asimismo, el 29 de enero de 2021 entró en vigor el Decreto 31, que sanciona con una multa de 2 000 pesos a quien no use, o lo haga incorrectamente, el nasobuco en vías públicas, ómnibus, autos, interiores de centros laborales y de servicio. Con 3 000 pesos para quien acuda al trabajo o centro escolar con síntomas sugerentes a la COVID-19.
En solo 15 días desde su puesta en vigor, en la provincia se aplicaron más de 200 multas, con una suma superior a los 408 000 pesos.
En junio de 2021, bajo este mismo Decreto, se impusieron en La Habana 26 000 multas, y en el transcurso del mes de julio la cifra superó las 15 000, detalló el diario oficialista Granma.
Todos los sancionados fueron ciudadanos comunes. Sin embargo, a pesar de violar lo establecido, como es el caso del foco infeccioso del Pirijod de Manuel, ningún dirigente ha sido inculpado.
“¿Por qué los responsables del Pirijod de Manuel han quedado exonerados de lo que establece la Ley? Salud Pública debería exigirles al Gobierno y al Partido Comunista del territorio. En cambio, hubieran aplicado la ley si el lugar hubiera sido de un ciudadano común”, afirma Manuel Ernesto, un pasajero que espera en las afueras de la terminal intermunicipal.
Planteamiento histórico irresuelto
El problema demerita la gestión de los Órganos del Poder Popular, una institución creada hace 46 años y que en teoría debería darle voz al pueblo y solucionar sus inquietudes a través de las Asambleas de Rendición de Cuentas de los delegados a sus electores.
“Es un planteamiento histórico en la reunión con el delegado. Desde hace mucho tiempo el Pirijod es una preocupación de los vecinos. Esto lo denunciamos año tras año y el delegado no lo ha resuelto. Lo alertamos con tiempo, pero no nos escucharon, y ahora la situación es peor”, dice a CubaNet Ángel Díaz, un vecino del reparto Dagoberto Sanfield.
“Las reuniones de rendición de cuenta de los delegados son un engaño, una formalidad y un teatro para hacer creer que hay democracia con la participación popular”, opina Díaz.
Para salvar la responsabilidad, las autoridades han dicho que la solución lleva recursos de los que no disponen. Un pretexto que oculta la pésima gestión del Gobierno del territorio que en cambio utiliza el dinero para nuevas construcciones y dar una falsa imagen de un Holguín “renovado”.
El costo total de las posibles soluciones del Pirijod se estima que supere los 121 mil pesos, según reveló un reciente estudio de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), que señaló entre las causas de su estado las grietas de las rocas localizadas en el área, “lo cual favorece la filtración y transmisibilidad de las aguas y, por tanto, la afluencia alta del líquido subterráneo, fenómeno difícil de controlar”.
“Para la construcción de hoteles sí hay recursos y presupuesto, pero no hay para algo tan importante como la prevención de enfermedades”, dice Odalis Leyva, una viajera que también espera en la terminal con destino al poblado Guardalavaca, donde recientemente se inauguró un hotel cinco estrellas.
Hay opiniones más tajantes. “Si no hay recursos, entonces lo mejor es que desaparezcan el Pirijod. Se rellena con tierra y se sellan sus entradas con muros de concreto. Es mejor eliminarlo y no dejarlo abierto como algo pestilente que afea la ciudad y una fuente de propagación de epidemias. Pero este Gobierno ineficiente seguro se negará con el pretexto de la falta de recursos. Es mejor hacerlo ahora y evitar un brote de enfermedades que triplicaría la inversión en salud pública para eliminar el dengue, el cólera y otras enfermedades que pueden salir de focos infecciosos creados en el Pirijod”, así piensa el holguinero Rolando Pérez.
Ante la ineptitud de las autoridades, Pérez se muestra pesimista. “El primer secretario y los altos dirigentes del territorio pasan diariamente por aquí camino a la sede del Partido Comunista. Si ellos no han podido resolver esto, no confiamos que puedan con problemas más complejos”.
Propone crear una organización independiente que inicie una campaña popular de recolectas de fondos y con ellos pagar la solución. Recuerda que el Pirijod está frente a un terminal intermunicipal y que desde ahí las enfermedades se podrían propagar a toda la provincia y extenderse al país.
La ciudad de Holguín se enorgulleció de ser la más limpia de Cuba. Un calificativo perdido desde hace mucho tiempo. “Da mucho dolor escuchar al pueblo, con toda razón, de que el Holguín de hoy no tiene la limpieza de hace unos años atrás. Eso lo compartimos todos, pero los dirigentes municipales y provinciales tenemos la responsabilidad de que eso cambie, y que volvamos a los tiempos de un Holguín mucho más limpio y mucho más bello”, lamentó en el 2019 Ernesto Santiesteban Velázquez, al frente del Partido Comunista en Holguín.
Tres años después la situación no ha mejorado. En la ciudad es fácil encontrar microvertederos por la demora del ciclo de recogida de desechos sólidos a cargo del Gobierno.
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Fuente Cubanet.org