«Esta decisión de España no busca la estabilidad ni la paz en el norte de África. Condena al pueblo saharaui a seguir luchando para conseguir sus objetivos: la libertad y la independencia», explica a ABC el delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi. «Analizando la política de presión, manipulación y chantaje» de los últimos meses por parte de Marruecos, Arabi entiende que este cambio en la postura de España respecto al Sahara Occidental es «un peaje» que el Gobierno de Pedro Sánchez «ha tenido que pagar para intentar restablecer sus relaciones» con Rabat, pero muestra su decepción por la moneda de cambio que ha utilizado España para acabar con la crisis diplomática: «No aceptamos ni entendemos que lo haga sacrificando al pueblo saharaui». Para el Frente Polisario este giro por parte de España «no cambia la naturaleza política» de la región, pero sí considera que el Gobierno de Sánchez «se ha inclinado por una propuesta presentada de forma unilateral por parte de Marruecos, que ocupa ilegalmente el territorio del Sahara Occidental»: «Con esta decisión España se desliga totalmente del marco del derecho internacional» y, sobre todo, «con una política de consenso que durante estos últimos 46 años ha existido en España y en la que se han implicado los partidos que se han sucedido en el poder». En este sentido, el Frente Polisario «va a seguir luchando» para que el pueblo saharaui pueda «pronunciarse y decidir su futuro mediante un referéndum donde tiene que estar presente la opción de la independencia». «Ningún país -ni la declaración de Donald Trump de hace año y medio, ni muchísimo menos esta decisión de España- va a cambiar esta política del Sahara Occidental», apunta Arabi, al tiempo que señala que, con este gesto de La Moncloa hacia Marruecos, se vuelve a repetir la situación de 1975, «cuando el Gobierno de España abandonó al pueblo saharaui y lo dejó ahí a expensas de una ocupación militar e ilegal del territorio por parte de Marruecos que dura hasta hoy». Marruecos, como Rusia
Han pasado 46 años desde aquello y Arabi considera que lo de ahora es «un segundo abandono que demuestra que el Gobierno -lejos de corregir ese error histórico de su política exterior española, que ha llevado al pueblo saharaui a un sufrimiento largo e inhumano-, ha vuelto a repetir» el mismo improperio. Arabi pone al mismo nivel a Marruecos y Rusia: «La decisión se produce en una coyuntura internacional donde en Europa vemos que se intenta proteger el derecho internacional por el mismo Gobierno de España. Pero cuando mira a su vecindad del sur hace justamente lo contrario y se alía con un país que es agresor, ocupante y que invade y viola el derecho internacional y los derechos humanos del pueblo saharaui». Esta es la postura del Polisario pero, claro está, «no todos los saharauis piensan igual», advierte Eduard Soler, investigador sénior del Centro Internacional de Asuntos Exteriores de Barcelona (Cidob). Recuerda que pronto se cumplirán 50 años del comienzo de este conflicto y que el reto del Polisario es encuadrar su frustración para que «no se les gire en su contra»: «Sienten que España ha cedido y les preocupa que esto genere un efecto dominó. Este efecto dominó es, precisamente, lo que está buscando Marruecos. Esta decepción puede tornarse en frustración y rabia, no ya hacia España sino respecto a su situación, a la insostenibilidad de la misma, a la precariedad en los campos, a la falta de horizonte de futuro». Soler matiza que «Marruecos es mucho más que un tema de política exterior»: «La buena o mala relación con Marruecos tiene un impacto directo en muchos ámbitos. El migratorio es el más evidente, pero también está la cooperación en la lucha antiterrorista, el crimen organizado, las ciudades autónomas y mucho más». En todo este tiempo, «la voluntad de pasar página por parte del Gobierno español era muy evidente», pero Marruecos «parecía tener menos prisas». «Para el Gobierno el mantenimiento de esta crisis era visto como un terreno fértil del que podrían brotar nuevas crisis con un alto potencial de desestabilización interna en España, precisamente en un momento en el que hay cada vez más focos de tensión en la política y la sociedad españolas». El «enfado» de las asociaciones
Ayer, las asociaciones solidarias con el pueblo saharaui de Castilla y León declararon que habían recibido «con estupor» el giro de la neutralidad en el conflicto del Sahara y pidieron a Pedro Sánchez que «rectifique». Las andaluzas hablaron de «traición» por parte del Gobierno. «Nuestros sentimientos se mueven entre el enfado más rotundo y la vergüenza. Nunca antes un Gobierno español había dado este paso, nunca antes un gobierno español había vuelto a traicionar al pueblo saharaui y a nuestro deber con el derecho internacional desde que lo hizo la dictadura», subrayó la Federación de Cádiz-Cooperación con el Pueblo Saharaui.
Fuente ABC