El exvicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, recuerda en un capítulo de su último libro que durante la negociación del decreto de marzo de 2020 que paralizó las actividades no esenciales por el coronavirus se decidió no cerrar las peluquerías después de un debate nada fácil de resolver. Ironiza Iglesias en este sentido con la edad de algunas ministras de la coalición; «hubo elementos generacionales», señala; al explicar que el debate se pone sobre la mesa gracias a ellas. «¿Quién planteó lo de las peluquerías? Pues las ministras de una cierta edad para las cuales ir a la peluquería es imprescindible —recuerda Iglesias en el libro—. Decían que para una señora de una cierta edad quedarse sin peluquería puede afectar incluso a su dignidad. Seguro que tenían razón y desde luego yo no me lo había planteado». El exvicepresidente da su versión de esta situación y otros hechos políticos, algunos que comprometen en cierta medida a políticos, compañeros de Gobierno y examigos. Este testimonio lo edita el periodista Aitor Riveiro, después de muchas entrevistas. Se titula ‘Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes’ (Editorial Navona). Y ABC lo desgrana en sus páginas en papel y en la versión digital. Cuenta que hay un momento en aquella negociación del Consejo de Ministros donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les recuerda que La Moncloa tiene servicio de peluquería y que podían utilizarlo si lo necesitaban. «Era un tema sobre el que no sabía muy bien qué decir, porque ni siquiera lo había pensado. Todavía llevaba la coleta, así que podía estar sin pasar por la peluquería el tiempo que fuera necesario. Pero sí podía ser que hubiera gente que tuviera que salir a trabajar por pertenecer a un servicio esencial que lo necesitara, y yo no tenía ni idea», continúa explicando. Permitir que las peluquerías siguieran funcionando y atendiendo a usuarios fue una medida muy importante que contribuyó a que las personas mayores o aquellas con problemas de movilidad pudieran mantener la higiene y cuidar su pelo y salud. También ayudó al sector, porque siguieron recibiendo ingresos al no tener que cerrar. El exvicepresidente admite que no se había planteado esta situación en ningún momento y, aunque lo menciona casi de manera anecdótica, le sirve para argumentar la complicada negociación de aquel decreto. Porque además cuenta como a cada ministerio le llegaban reclamaciones de diferentes sectores, todos pedían comprensión. «No era una cosa fácil de resolver qué era esencial y qué no», rememora.
Fuente ABC