
Por otro lado, la volatilidad de los bonos sigue siendo la más estresada entre los principales activos. ¿Por qué esto es relevante? Porque los mercados más cercanos a la fuente de tensión tienden a ser los que actúan de forma más correcta. Encima, los datos desde la década de 1970 sugieren que cuando la volatilidad de los bonos es elevada en comparación con la de otros activos, como en la actualidad, los riesgos tienden a ser más altos.
Hay un tercer factor, más de índole técnico, que es la ausencia de vendedores de convexidad, que según explica el BofA, está manteniendo la prima de riesgo incluida en el VIX persistentemente elevada. Lo que ahora llaman la nueva normalidad post-pandemia. Los analistas del banco norteamericano señalan que siguen apostando a emparejar las coberturas que protegen contra una lenta sangría a la baja en la renta variable, con coberturas de fragilidad eficientes que, en cambio, se benefician de las perturbaciones bruscas y repentinas.
Y ahora se ha sumado un cuarto factor, que es la segunda vuelta en Francia, entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. El consenso del mercado intensificó el uso de coberturas contra la volatilidad, principalmente, en las bolsas europeas a raíz del riesgo de un triunfo de Le Pen en el balotaje del próximo 24. Esto tiende a favorecer a las acciones estadounidenses de alta calidad y el sector del “value”. Por eso consideran que no es momento de sumar más riesgo a las carteras, sino de jugar a las rotaciones dentro de los mercados y de aplicar algunas coberturas a corto plazo contra la volatilidad. En ese sentido, parece que los mercados son complacientes respecto de una victoria de Macron, aunque la probabilidad de un triunfo no favorable al mercado por parte de la candidata de la ultraderecha no es trivial, por lo que se deberían considerar las coberturas. Si bien se descuenta una repetición del resultado de 2017, es decir, una victoria de Macron, los expertos evalúan cómo afectaría a las bolsas la victoria de uno u otro. Al respecto los estrategas de JP Morgan analizaron las implicancias de las elecciones francesas para los mercados y sostuvieron que, en el caso de que gane, inesperadamente, Le Pen el sentimiento de los inversores se vería afectado, dado el probable aumento de la incertidumbre sobre la cohesión de la eurozona, y eso que sus políticas no parecen ser hostiles al mercado desde una perspectiva nacional. Sin embargo, apuntan, teniendo en cuenta que las elecciones parlamentarias se celebrarán poco después, en julio, la capacidad de Le Pen para promulgar su programa podría ser bastante reducida. A nivel sectorial, una victoria de Macron sería ampliamente positiva para los servicios públicos franceses, donde se favorecería a la energía nuclear y a las renovables, en cambio con Le Pen, probablemente apoyaría la energía nuclear, pero sería claramente negativa para los desarrolladores de energías renovables. En el caso de los bancos, si bien Le Pen incentivaría el consumo vía aumento del poder adquisitivo y del crédito, se teme que la reacción de los mercados al triunfo de la oposición sería una suba de los diferenciales de crédito. Los bancos más expuestos son Crédit Agricole, Société Générale y BNP. Mientras que en el sector consumo, los nombres más expuestos son Carrefour, Casino, Elior, Accor, Kingfisher y MADE.com. Más allá del impacto potencial en el sentimiento del consumidor, las fusiones y adquisiciones y las implicaciones de la inflación, tanto Macron como Le Pen proponen políticas que apoyarían a los consumidores, como la reducción de impuestos (Macron) o la reducción del IVA en los productos esenciales y la eliminación del impuesto sobre la renta para los menores de 30 años (Le Pen).
Fuente Ambito