Por Melisa Reinhold
Este lunes los tipos de cambio libre abrieron al alza; inflación, FMI, ruidos a nivel internacional y emisión son algunos de los desafíos de mayo
Luego de los altibajos que presentaron los dólares libres en las últimas dos semanas, los tipos de cambio arrancan mayo con varios factores que lo presionan. Una combinación de malas noticias, tanto locales como internacionales, suman incertidumbre en la plaza cambiaria y hacen que la divisa preferida de los argentinos se vuelva refugio.
Esta mañana el dólar blue se vende en el mercado informal a $201, cincuenta centavos arriba frente al cierre del viernes (0,2%). Cabe destacar que la semana pasada llegó a tocar los $212,50, aunque los días siguientes tendió a la baja hasta posicionarse cerca de la barrera de los $200.
Los dólares financieros también arrancaron la semana con algunos avances. El dólar MEP con bonos AL30 se ofrece en el mercado cambiario a $207,03, cincuenta centavos más que la jornada previa (+0,2%). El dólar contado con liquidación (CCL) aparece en pantallas a $209,16, una escalada de más de dos pesos (+1,1%).
“La volatilidad en los mercados financieros viene en ascenso. Seguimos viendo riesgos por el lado de la base monetaria ampliada y la evolución ‘desacoplada’ del dólar financiero. Si las tasas no logran seguir incentivando la demanda de pesos, la inflación continúa desanclada y no se disipan las dudas respecto a la continuidad del programa con el Fondo Monetario Internacional, el dólar financiero seguramente ajustará hacia arriba”, explicaron desde Equilibra.
El dólar blue suele seguir los movimientos de los financieros. Por eso, algunas pistas sobre el MEP y el CCL dan cuenta de lo que podría suceder con el blue.
Las dos alarmas internacionales
Ya lo adelantó el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell. Este jueves, la autoridad monetaria se reunirá y se espera que anuncie una nueva suba de las tasas de interés, con el objetivo de contener la inflación. Ante este tipo de movimientos, los inversores más conservadores se alejan de los mercados emergentes y se refugian en el dólar.
“El índice dólar a nivel global está subiendo, los emergentes se deprecian en la región. La tasa a 10 años de los bonos del Tesoro americano está casi en 3%. Ahora sí empieza a haber riesgo de salida de países emergentes, y la Argentina no va a ser la excepción. Todo lo que hacía bajar a los financieros se da vuelta, y ahora te lo empieza a subir”, explicó Fernando Camusso, director de Rafaela Capital.
Además, la mirada de los mercados está puesta en la brusca desaceleración económica de China, por un nuevo brote de Covid-19 que los llevó a establecer fuertes restricciones de circulación. “La situación pone un manto de incertidumbre sobre el estado real de su economía. Esto es importante porque impacta en el precio de las materias primas, que son el ingrediente básico para nuestro país”, consideró Leonardo Chialva, de Delphos Investment.
Los tres problemas argentinos
“La inflación de abril no viene bien”, adelantó durante el fin de semana el ministro de Desarrollo y Producción, Matías Kulfas. Tras haber registrado en marzo una inflación del 6,7%, la cifra más alta en veinte años, las consultoras afirman que en abril la suba de precios de precios de la economía será de entre un 4,8% y hasta 5,8%.
Además, a mediados de mayo se avecina la primera revisión de las metas acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para los economistas, la Argentina logrará superar el primer desafío -no sin una “contabilidad creativa” de por medio en los números fiscales-. Sin embargo, ya se pone bajo la lupa el próximo trimestre. Sobre todo, los números monetarios.
“A pesar de que la cosecha fina fue interesante, al Banco Central le cuesta horrores recomponer sus reservas. Es una cuestión grave y clave, hay una meta de acumular US$5.800 millones, pero eso está por verse. Ahora se viene la cosecha gruesa, que son dos meses y luego se corta. Habrá que seguir de cerca el ritmo de liquidación, ya que si se juntan dólares, por ahí la situación se calme. Pero, por el momento, suma presión sobre los financieros”, agregó Camusso.
Otra presión que se suma a la lista: la posibilidad de que el Gobierno encienda “la maquinita” de hacer billetes. Si bien el acuerdo con el FMI contempla una baja emisión, del 1% para este año, en el mes de abril la Tesorería no logró financiar los vencimientos de deuda del mercado.
De acuerdo con el analista financiero Salvador di Stefano, en mayo vencen $880.000 millones en instrumentos financieros pesificados. Pero el mercado solo busca financiar a la Tesorería por letras que ajusten por inflación y en tramos cortos (antes de 2024), ya que se presume que el próximo gobierno podría reperfilar los pagos.
“Es así que el Gobierno está en una trampa. Si sale a colocar bonos con renta fija, nadie los toma porque la tasa está por debajo de la inflación proyectada. Si sale a ofrecer bonos ajustados por dólar oficial, tampoco hay apetito inversor, porque la experiencia reciente fue negativa. Por ende, le quedan dos caminos a seguir. El primero sería emitir bonos ajustados por inflación con vencimiento durante 2023, algo que el FMI no desea; y, por otro lado, volver a la emisión monetaria, algo que el FMI le objeta si supera 1% del PBI”, agregó.
De la mano contraria, hay tres factores que juegan a favor de que los dólares libres se mantengan estables. En mayo se avecinan la suba de salarios por los acuerdos paritarios, el Banco Central podría volver a subir la tasa de interés para correrle detrás a la inflación, y las empresas deberán enfrentar grandes vencimientos impositivos.
“En mayo tenemos un escenario de gran iliquidez, no sobra un peso. Pero ese escenario se da vuelta si hay emisión, lo que daría lugar a una suba del dólar blue y un desmadre de la economía. Si el Gobierno, en plena cosecha de soja, tiene que emitir para financiar al Tesoro y no alanzar los ingresos por retenciones más los dólares que llegan del exterior, ¿qué nos queda para los meses que no tenemos cosecha? Por eso, podríamos estar pasando de blue de una alerta ‘amarilla’ a una ‘roja’”, cerró di Stefano.
Fuente La Nación