En Madrid se dan muchas paradojas. Como que uno de los platos típicos de una región sin mar sea el bocadillo de calamares, o que el patrón de la urbe más grande del país sea un agricultor, San Isidro, que oraba mientras sus bueyes araban solos los campos de su amo, Iván de Vargas. Cuando murió, en 1172, como prueba de su santidad, su cuerpo quedó incorrupto, y así continúa a día de hoy, 850 años después. Y con motivo del 400 aniversario de su canonización, todo aquel que desee verlo podrá acudir a la Real Colegiata de San Isidro a comprobarlo, ya que será expuesto al público del 21 al 29 de mayo. No es algo que ocurra con… Ver Más
Fuente ABC