La Comisión Europea ha presentado este miércoles un gran paquete de medidas y propuestas con la que pretende lograr la independencia energética respecto a Rusia en los próximos años, una maniobra anunciada poco después del inicio de la invasión rusa de Ucrania y que ahora tiene ya un precio fijado: desenchufarse de Moscú costará unos 210.000 millones de euros hasta el año 2027.
El paquete, bautizado como “REpower EU”, pretende lograr la desconexión con tres patas: por un lado el ahorro de energía, a nivel particular y también industrial, por otro la apuesta masiva por las energías renovables, y por último la búsqueda de alternativas a Rusia, algo en lo que la Comisión Europea lleva ya tiempo trabajando y en lo que los Estados miembros también se están volcando a nivel individual. El plan “ayudará a ahorrar más energía, a acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles y, lo que es más importante, a impulsar la inversión a una nueva escala” en energías verdes, ha explicado Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario.
La Comisión asegura que la inversión, a la que hay que sumarle los objetivos de reducción de un 55% de las emisiones para 2030, “dará sus frutos”. Ambos planes ahorrarán a la UE cada año unos “80.000 millones de euros en gastos de importación de gas, 12.000 millones euros en gastos de importación de petróleo y 1.700 millones de euros en gastos de importación de carbón” a finales de esta década, según señalan los planes del Ejecutivo comunitario.
Cotizalia / Agencias
El abanico de ideas, propuestas y recomendaciones que hace la Comisión Europea es muy amplia. Una de las más destacadas es el aumento de la ambición en la transición ecológica. Por ejemplo, Bruselas propone cambiar los objetivos de cara a 2030, de manera que se pase del 40% al 45% el objetivo de energías renovables, simplificando por ejemplo los procesos para el desarrollo de proyectos de energías verdes, y la eficiencia energética del 9% al 13% antes de que termine la década. Eso, de nuevo, costará dinero, porque para ello los técnicos comunitarios proponen grandes inversiones en tecnologías limpias y también en infraestructuras, proponiendo por ejemplo que todos los edificios públicos cuenten con paneles solares en 2025 y que sea obligatorio para todos los edificios ya en el 2029.
El plan también incluye inversión en infraestructuras centradas en que ningún Estado miembro quede expuesto a la desconexión de la energía rusa. Un ejemplo es Hungría. El país está vetando el sexto paquete de sanciones contra Moscú que incluye la prohibición de importar petróleo desde Rusia porque recibe todo su suministro a través de un oleoducto, y no tiene más infraestructura para obtener petróleo por parte de otros socios. Los planes del Ejecutivo comunitario incluyen por ejemplo la utilización de fondos para financiar esos proyectos que hagan viable la desconexión respecto a Rusia, aunque la mayoría de costes en infraestructuras que menciona Bruselas se refieren al gas y al hidrógeno.
Nacho Alarcón. Bruselas
La idea de la Comisión Europea es que la maniobra se financie a través del propio Fondo de Recuperación que la Unión Europea aprobó para reactivar la economía tras la pandemia, utilizando unos 72.000 millones de euros de subsidios y unos 225.000 millones en préstamos, un total de unos 300.000 millones de euros. El Fondo ya estaba especialmente dirigido hacia la transición ecológica.
El Ejecutivo comunitario también incluye en su comunicación una serie de recomendaciones para afrontar el aumento de los precios de la energía y también para gestionar el hipotético escenario de un corte total de suministro desde Rusia, ante el que Bruselas pide una actualización de los planes de emergencia para racionalizar el uso de la energía o incluso un tope al precio del gas durante el periodo de urgencia para abaratar la factura de la luz.
La Comisión Europea ha presentado este miércoles un gran paquete de medidas y propuestas con la que pretende lograr la independencia energética respecto a Rusia en los próximos años, una maniobra anunciada poco después del inicio de la invasión rusa de Ucrania y que ahora tiene ya un precio fijado: desenchufarse de Moscú costará unos 210.000 millones de euros hasta el año 2027.
Fuente El Confidencial