Los medios estadounidenses y fuentes en Israel han confirmado que el presidente Biden pospuso su visita a la región de finales de junio para una fecha no revelada de julio.
Por Eldad Shavit y Yoel Guzansky
La Casa Blanca aún no ha emitido un anuncio oficial de la esperada visita del presidente a la región, incluidos los países que incluirá.
Inmediatamente después de que aparecieron los informes, surgió la pregunta sobre las razones del aplazamiento.
Fuentes estadounidenses explicaron que los cambios se debieron a la apretada agenda del presidente, mientras que en Israel existía la preocupación de que la crisis política pudiera conducir a su cancelación.
De hecho, es probable que haya ajustes de calendario necesarios y que la Administración esté tratando de espaciar los viajes esperados de Biden; pero es posible que el aplazamiento también esté relacionado con el deseo del presidente de preparar mejor la visita a Arabia Saudita, que parece ser aún más importante para la Administración estadounidense que para Israel.
Si en un principio la visita a la región pretendía demostrar la amistad del presidente hacia Israel; parece que en las últimas semanas el foco se ha desplazado hacia Arabia Saudita.
La Administración actual en general y el presidente Biden en particular han criticado duramente la conducta de los sauditas, y hasta la fecha el príncipe heredero Mohammed bin Salman es persona non grata en Washington, principalmente debido a su participación, según afirman las agencias de inteligencia estadounidenses, en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
La subida de los precios del petróleo tras la recuperación de la economía mundial luego de la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania, y especialmente la subida de los precios de la gasolina en Estados Unidos, están obligando a la Administración a modificar su política.
El presidente Biden ya ha dicho que está considerando una visita a Riad, y los sauditas, por su parte, tras un largo periodo de negativas, han decidido aumentar el volumen de producción de petróleo.
Además, el alto el fuego en Yemen es visto como un gesto saudita hacia la Administración.
Estas limitaciones parecen estar empujando al presidente, especialmente en la última vuelta antes de las elecciones legislativas intermedias en noviembre, a mejorar las relaciones con Arabia Saudita, y en este contexto, visitar la región gana en importancia.
Sin embargo, es probable que la Administración quiera llegar preparada y con la promesa de que los precios que podría pagar en el ámbito interno de EE. UU. a raíz del cambio en su posición hacia Arabia Saudita se verán compensados por otros logros que puede presentar con énfasis en la producción de petróleo, pero también en cuestiones regionales (un alto el fuego continuado en Yemen y posiblemente medidas de normalización hacia Israel). Estos objetivos requieren una cuidadosa preparación.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora