En el marco de la conferencia Israel-África en París la semana pasada, se difundió un video en el que el ministro de Exteriores, Yair Lapid, declaraba: “Israel está regresando a África”.
Por Remi Daniel
La declaración recuerda manifestaciones anteriores de Benjamín Netanyahu, quien usó la misma frase varias veces en el pasado.
Las relaciones entre Israel y África han tenido altibajos. Después de una importante presencia israelí en África en las décadas de 1950 y 1960, la mayoría de los países de la región rompieron los lazos con Israel tras la guerra de Yom Kippur, lo que provocó un cierto estancamiento político durante muchos años.
En la última década, Israel ha estrechado significativamente sus relaciones con varios países de África.
En 2021, obtuvo el estatus de observador en la Unión Africana, tras alrededor de 20 años de esfuerzos diplomáticos: se trató de una victoria política para Israel, que simboliza la mejora de su estatus en el continente.
Muchos actores económicos en África están interesados en las tecnologías israelíes, incluso en los campos de la agricultura, el agua y la energía.
La creciente ola de terrorismo que amenaza la estabilidad de varios regímenes en la región también está creando interés en el continente por el conocimiento israelí en materia de seguridad.
Mientras que África se ha convertido en un campo de batalla entre las potencias; Israel es visto como un socio menos amenazante debido a su tamaño relativamente pequeño.
Para Israel, África constituye un área con muchas oportunidades.
En el ámbito económico, el continente es un mercado en crecimiento que podría ser un destino importante para las exportaciones israelíes.
África es también un punto crítico en las rutas comerciales internacionales utilizadas por la economía israelí.
Estrechar los lazos con muchos países africanos puede ayudar a las luchas diplomáticas de Jerusalén con varias organizaciones internacionales.
Mejorar el estatus de Israel en África también se corresponde con otros movimientos diplomáticos, especialmente los Acuerdos de Abraham.
Bajo esos acuerdos, Jerusalén ha normalizado sus relaciones con Sudán y Marruecos, lo que contribuyó significativamente a la reanudación de los contactos con la Unión Africana.
Las relaciones con Rabat pueden ayudar a Israel a establecer su lugar en el continente, y las relaciones políticas y económicas con los países africanos pueden servir como tema de cooperación con Marruecos; como tal, los dos pasos pueden fortalecerse mutuamente.
Todavía queda un largo camino por recorrer para realizar el potencial de Israel en África.
El continente constituye solo una parte muy pequeña del comercio israelí.
Además, hay importantes países africanos, como Argelia y Sudáfrica, que se oponen a estrechar lazos con Israel.
Más allá de estos dos ejemplos, sigue habiendo sensibilidad hacia el tema palestino en muchos países, especialmente en los estados musulmanes, lo que puede retrasar desarrollos positivos, particularmente en el caso de una escalada en el conflicto palestino-israelí.
Pero los esfuerzos de los últimos años para fortalecer las relaciones entre Israel y África, un continente que ocupará un lugar cada vez más importante en la escala global, son un movimiento que puede contribuir mucho a Israel.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora