A escasos días de los cincuenta años del polémico combate con Mando Ramos en el Palacio de los Deportes, en el que Pedro Carrasco no recuperó el cinturón de Campeón del Mundo de peso ligero, Madrid guarda una memoria del boxeo a poco que se rasque. Oculta, eso sí, por la niebla del tiempo y, por qué no, por la pérdida de épica de un deporte, el único en el que no se juega y sí se combate. Dar guantazos, ponerse delante de una vaquilla, eran de las pocas manera que hubo en aquella España de espantar el hambre. Cinco décadas es mucho tiempo, y es febril la mirada. Y aunque en el 72 el combate de marras fue en color,… Ver Más
Fuente ABC