Pasaron horas, muchas horas, antes de que el círculo de amistades de Gema confirmara lo que rumiaban entre llantos, allí, junto al portal de su casa. Dos crímenes y un suicidio a sangre fría que tuvieron como escenario una de las zonas más exclusivas de Madrid, la parte alta de la calle de Serrano, junto al barrio de Hispanoamérica (Chamartín). Entre las cuatro paredes del 1º del número 205, su propietario, Fernando González de Castejón y Jordán de Urríes, de 53 años y marqués de Perijá y conde de Atarés, acabó con las vidas de su pareja desde hacía más de una década, Gema, de 44 años, y una amiga de esta, de 70, que pasaba largas temporadas en el… Ver Más
Fuente ABC