La Organización Sionista Mundial (OSM) presentará el próximo sábado 2 de julio el estreno para América Latina de la obra «La Noche del Seder de Heschel» en AMIJAI.
La obra es un unipersonal que describe la vida y obra del Rabino Abraham Yehoshua Heschel. El evento contará con la participación del rabino Mauricio Balter, miembro ejecutivo del directorio de la Organización Sionista Mundial; Susannah Heschel, investigadora en ciencias del judaísmo e hija de Heschel; Yizhar Hess, vicepresidente de la OSM; Gaby Glazman, representante de la Organizacion Sionista Mundia y La Agencia Judia para el Cono Sur; el rabino Benny Lau, responsable del Proyecto Bible Study Together 929; y la rabina Dalia Marx, del Hebrew Union College (Jerusalem).
En una entrevista realizada en las oficinas en Buenos Aires de la Organización Sionista Mundial, Vis á Vis dialogó con el vicepresidente de la entidad, el Dr. Yizhar Hess, quien describió la vida de Heschel: «Nació en Polonia en una familia jasídica, estaba en camino a ser un gran rabino jasídico (o más) y en sus primeros años decidió cambiar su camino y viajó a Berlín para estudiar filosofía. Hizo un doctorado sobre los profetas. Fue en los mismos años en los que Hitler llegó al poder. El veía frente a sus ojos como la sociedad cambiaba. Se pudo escapar de Alemania a tiempo hacia Estados Unidos y enseñó en el seminario reformista de Cincinnati. Después, durante casi toda su vida, enseñó en el JTS, el seminario conservador. En el fondo no pertenecía a ninguna de las corrientes, estaba más allá de eso. Se convirtió en una figura que lideraba el discurso sobre los derechos humanos. Participó en manifestaciones y demostraciones por igualdad de derechos de la población negra y se hizo amigo de Martin Luther King. En 1965 participó en una marcha muy famosa hasta Montgomery (Alabama) contra el Ku Klux Klan. Fue fan poderosa la experiencia que, cuando volvió, escribió en su diario que sintió que sus piernas estaban rezando. Demostró que muchas veces la sed religiosa pasa por el activismo. Fue el maestro de Marshall Meyer, que es el estudiante más famoso de Heschel. Lo que nos empujó en la Organización Sionista Mundial a celebrar la figura de Heschel es que es menos conocida afuera de Estados Unidos porque hizo toda su carrera en allí, pero no por eso es menos relevante para el sionismo en esa época hoy y para los judíos de todo el mundo».
¿Qué reflexión creen que haría si viese en lo que se transformó Israel al día de hoy?
Muy buena pregunta. Creo que estaría fascinado por la forma que Israel está viviendo el sueño de Theodor Herzl. Como podemos vivir en hebreo, crear en hebreo, cantar en hebreo, tener poesía y filosofía en hebreo. Estaría fascinado por la economía fuerte. Estaría encantado por nuestras universidades, pero estoy seguro que también tendría críticas, desde el amor profundo. Cuestionaría las formas en las que tratamos a los pobres. Cómo tratamos los asuntos de los inmigrantes y de los trabajadores extranjeros. Seguro que tendría muchísimo para decir con nuestra atención hacia los palestinos, aunque no sé cuál hubiera sido su solución. Pero seguro que le molestaría que durante décadas no pudimos encontrar una solución que respete los derechos humanos. Heschel es un gran sionista. Cree en la idea sionista, pero cuando uno implementa una idea tan grande hay desafíos que son inevitables.
¿Y del mundo contemporáneo qué pensaría?
Hablé con su hija muchas veces mientras preparábamos el unipersonal que vamos a tener en Amijai. Ella hablo sobre la situación en Ucrania y dijo que estaba seguro que si su padre estuviese vivo estaría levantando muchísimo la voz por los países que no recibieron suficientes inmigrantes ucranianos.
Heschel fue maestro principal y fuente de inspiración del Rabino Marshall T. Meyer. ¿Cuál consideran que fue su impacto en Latinoamérica?
Estoy seguro de que lo que condujo a Heschel y Marshall fue la creencia del judaísmo de que todos los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios sin importar el género, la nacionalidad o el color. Este era un mensaje que Heschel quería hacer llegar a través de las generaciones. Tenía mucha pasión en el tema. Todos sus estudiantes tomaron eso. Marshall Meyer tuvo una carrera muy importante en Latinoamérica.
¿Qué le genera que por primera vez la obra de teatro se presente en América Latina?
Estoy seguro que va a ser muy bien recibida porque en Israel tuvo muy buenas críticas. El desafío de traducir un idioma es muy grande. Creamos títulos como la ópera, así que el actor va a estar hablando en hebreo y se van a ver las traducciones al español y al inglés. Como la audiencia de Buenos Aires es tan inteligente estoy seguro de que va a salir muy bien.
¿Por qué el título es «La noche del Seder de Heschel»?
Porque una noche después de que Luther King fue asesinado iba a estar invitado a un Seder en la casa de Heschel, entonces la obra inicia con Heschel preparando su casa porque va a tener un Seder con un montón de gente.
¿Cuál es el legado Abraham Yehoshua Heschel?
Puedo tomar de Heschel su forma única de hablar sobre Dios, la forma en la que hablaba sobre el Shabat. Las dos cosas son revolucionarias. Y puedo hablar de la forma en que la que él creía que defender los derechos humanos es un deber religioso. Son tres ítems revolucionarios en su legado y no es solamente considerando la Halajá, la ley judía es muchísimo más amplia que eso.
La presentación de la obra será el próximo sábado 2 de julio a las 20hs. en la Comunidad AMIJAI, Arribeños 2355, Buenos Aires.
El vicepresidente de la Organización Sionista Mundial también se refirió a la actualidad de la entidad. «Está en un momento histórico. En agosto celebramos 125 años del primer congreso sionista, realizado por Heschel en Basilea. Él no quería hacerlo ahí, lo quería hacer en Munich, pero los rabinos del lugar prohibieron hacerlo ahí. Escribieron una carta a las autoridades de Munich pidiendo que no se haga (a los ortodoxos, los conservadores y los reformistas). Entonces, Heschel pudo mover la convención a Basilea e invitó a 209 personas. Una minoría que en ese momento en el mundo judío no representaban a nadie. Así y todo, 44 años después se creó el Estado de Israel. Esta es una revolución que tuvo éxito y no podemos ser indiferentes. La Organización Sionista Mundial es la organización que él fundó, pero yo creo que hoy nuestros objetivos son diferentes. Tenemos un estado fuerte. Nuestro objetivo hoy, desde mi mirada, es poner al pueblo judío en el medio. Lo que es importante es la gente judía sin importar dónde vivan, sin importar lo que piensan y sin importar a la sinagoga a la que vayan. Israel es importante. Buenos Aires es importante. A veces pensamos que compiten y no compiten. Podemos aprender un montón de Buenos Aires y un montón de Tel Aviv.
¿Cómo ve el trabajo de las representaciones de la OSM en la diáspora y en particular en la Argentina?
Somos afortunados de tener por primera vez un representante para las dos organizaciones (Agencia Judía y OSM) y yo fui una de las personas a las que le consultaron sobre este experimento. Para nosotros era obvio que podía funcionar principalmente por la personalidad de Gabriela Glazman. Desde las dos organizaciones coincidimos en que ella nos podría representar sinceramente y profesionalmente en lo que queríamos.
¿Cuál es su opinión sobre la comunidad judía argentina?
Es la segunda vez que estoy acá. Estoy impresionado por la calidez de la comunidad. Creo que la comunidad judía argentina tiene mucho para enseñar. Los diferentes tipos de escuelas, diferentes miradas que trabajan paralelamente, es impresionante, al igual que el concepto de las comunidades judías. Es una experiencia que es tan exitosa acá que muchas de las comunidades del mundo deberían aprender.
Fuente Vis a Vis