El mundo empresario venía venir la renuncia del ya exministro de Economía Martín Guzmán. Sin embargo, el desenlace en una tarde de sábado, en forma intempestiva y por Twitter, generó reacciones entre los hombres de negocios.
“Lo de [Martín] Guzmán es una crónica de una muerte anunciada sobre la cual no hay muchas explicaciones”, dijo el presidente de Aluar, Javier Madanes Quintanilla. Sin embargo, inmediatamente después avanzó sobre algunas cuestiones que van mucho más allá del nombre del sucesor elegido. “Hay tres cosas que hay que preguntarse. La primera es si se puede tener un ministro de Economía que no tenga injerencia sobre temas energéticos y sobre el Banco Central”, dijo.
Justamente, según consignaron en una nota los periodistas Pablo Fernández Blanco y Francisco Jueguen en La Nación, el miércoles 8 de junio hubo un fuerte chispazo el entonces ministro y el presidente de Banco Central, Miguel Pesce, que inició el camino que conduciría a la salida definitiva de Guzmán. Ese día, los bonos de la deuda en pesos atados a la inflación tuvieron un desplome inesperado y desnudaron, para el exfuncionario, la precariedad que rodeaba su trabajo. En parte, porque la corrida contra esos papeles había sido autoinfligida por una operación descoordinada de Enarsa, la empresa de energía que maneja La Cámpora. Pero también porque ponía en evidencia que el presidente del Banco Central se había sumado a la lista de díscolos. Además de no tener buena relación con el banquero, los cruces con la Secretaría de Energía eran tan frecuentes que el renunciante nunca manejó ese área. A eso se refería Madanes Quintanilla.
El empresario, finalmente siguió con las preguntas que, considera, vale la pena hacerse. “Yo me pregunto si los cambios van a partir de los ministerios o si vamos a dar un paso distinto, con una Jefatura de Gabinete con fuerte poder político. Y la otra es si es evitable en forma inmediata un desdoblamiento cambiario. Vamos a tener que tener resueltos estos interrogantes para el lunes a la noche”, agregó.
Sumó así un condimento extra: el desdoblamiento cambiario. Varios economistas ven como muy probable la posibilidad de que haya varios valores del dólar según la actividad, una receta tan conocida como poco eficiente en el largo plazo.
José Urtubey, empresario, socio en Celulosa Argentina y dirigente industrial dijo que no estaba de acuerdo en los tiempos y en las formas en que se conoció la noticia. “No es un buen momento un fin de semana, intempestivamente una renuncia de este tipo porque son cosas que se deberían acordar de tal forma de tener el reemplazo. Creo que es importante de que se dan señales de claridad sobre todo en materia internacional de que se va a seguir en la línea con lo que se venía trazando. Y por su puesto, el perfil de quien asuma tiene que tener también un consenso político para darle mayor volumen a su trabajo”, agregó.
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA) dijo: “El nuevo ministro de Economía debe tener un consenso político, espíritu industrialista y una gran sensibilidad para tomar medidas basadas en explotar al máximo la productividad, el mercado interno, las exportaciones y las fuentes de empleo para asegurar la paz social”. Palabras aspiracionales.
Otro de las entidades empresarias que se expresaron en voz alta tras la salida de Guzmán fue la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “La renuncia del Ministro requiere una rápida reacción política y la cooperación de todos los sectores claves en la economía del país. Desde el sector pyme advertimos que es necesario evitar que la actual coyuntura afecte la recuperación que implica tanto esfuerzo por parte de los sectores productivos, y en este sentido creemos que es imperioso reforzar políticas que garanticen previsibilidad para las pequeñas y medianas empresas comprometidas con la inversión en la Argentina”, dijo el presidente de CAME, Alfredo González.
Fuente La Nacion