La Policía Nacional ha detenido en Alicante al propietario de una empresa de instalación de aire acondicionado por presuntamente ocultar el accidente laboral de un empleado a quien no tenía dado de alta en la Seguridad Social. También ha sido arrestada su pareja por captar a trabajadores extranjeros para pagarles un paupérrimo salario de 30 euros diarios por su situación irregular. La víctima, de 22 años, trabajaba sin estar dado de alta en la empresa, donde llevaba a cabo jornadas de hasta nueve horas diarias, de lunes a viernes. También trabajaba algunos sábados y en total percibía 180 euros semanales. Un día, mientras se encontraba solo instalando conductos de aire acondicionado en un taller cerrado al público, a tres metros de altura subido a una escalera, el joven sufrió una caída que hizo que su cuerpo impactase contra el suelo encima de la misma escalera. Esto le ocasionó fractura vertebral con lesión medular. Comenzó a gritar pidiendo auxilio y minutos más tarde llegó su jefe, quien le ayudó a incorporarse para trasladarle en su furgoneta al hospital. Sin embargo, como no podía caminar, tuvo que cogerle en brazos para introducirle en el vehículo. Fue entonces cuando convenció a su empleado para que a la llegada al hospital dijese que se había caído en su domicilio mientras colgaba un televisor, puesto que si no lo hacía así podría tener problemas con extranjería. Para ello, antes de ir al hospital hizo que fueran al domicilio del accidentado a recoger su pasaporte. La víctima contó a los sanitarios la versión de su jefe, quien posteriormente llamó al compañero de piso del trabajador para informarle del accidente. El compañero también recibió una llamada del hospital para informarle que su amigo estaba grave y que lo tenían que intervenir de urgencia. Cuando llegó al hospital le dijeron que debía pagar los gastos sanitarios, por lo que llamó al jefe de su amigo y este le dijo que ya estaba todo hablado, que se haría cargo de todo y que iría en dos horas. No obstante, no se llegó a presentar en ningún momento y desapareció, lo que hizo que la víctima al final contase a su amigo la auténtica versión de los hechos y le pidiera llamar a la Policía. Tras obtener todos los datos, los agentes determinaron que el empresario y su pareja solían captar a través de redes sociales a trabajadores extranjeros de su empresa para aprovecharse de su condición irregular para pagarles 30 euros diarios y, con escasa preparación, hacerles trabajar jornadas de hasta nueve horas diarias, sin ningún tipo de protección individual de riesgos laborales. Así las cosas, la víctima llevaba trabajando solo dos meses para el detenido, a pesar de lo que ya le dejaba solo realizando instalaciones en ausencia de medios de protección laboral. El empresario carecía de cualquier tipo de licencia que le faculte para realizar instalaciones de aparatos de refrigeración. A los detenidos, un hombre de 40 años y una mujer de 32, se les imputan un delito contra la seguridad de los trabajadores y otro de lesiones graves por imprudencia.
Fuente ABC