Por el momento, los gobiernos de Colombia y Venezuela se mostraron cautelosos y no se aventuraron a confirmar ninguna de las dos hipótesis. Desde Bogotá siempre acusaron a Caracas de proteger a las disidencias.
Una puja por el legado de las FARC
En caso de que Iván Márquez hubiera muerto sería el enésimo golpe a la estructura de disidencia conocida como la Segunda Marquetalia en apenas poco más de medio año, después de las bajas de otros jefes como Henry Castellanos, alias Romaña, y Hernán Darío Velásquez, conocido como El Paisa.
Desde entonces su liderazgo ha estado más debilitado que nunca. A la caída de sus hombres fuertes, se suma que la disidencia primigenia con la que intentó aglutinar al resto de grupos descontentos lejos ha estado de tener las dimensiones y capacidades de la desaparecida guerrilla de las FARC, con estas facciones aspirando a mayor autonomía económica, que a ganar empaque ideológico”.
Se sospecha que la muerte de Iván Márquez podría ser obra de los hombres que dirige Néstor Gregorio Vera Hernández, alias Iván Mordisco, en represalia a la muerte de Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, quien hasta su caída el mes de mayo había dirigido el grupo disidente más poderoso.
Ambas disidencias han estado protagonizando una enconada disputa no solo por los cuantiosos beneficios que otorgan las rutas del narcotráfico y el mercadeo ilegal de otras materias primas, sino también por los réditos simbólicos de ser la principal banda rebelde heredera de las FARC.
Fuente Ambito