La economía se hundió en la semana. La nueva ministra pudo completar el equipo pero está aún sin plan. El Presidente no gobierna y la que gobierna nunca se sabe con qué se saldrá.
Vivimos condenados al éxito, decía Duhalde. O mejor sería decir que solo vivimos condenados. El último fin de semana Guzmán dejó plantados a Fernández y a Cristina juntos y pedaleando al gobierno, que estuvo nada menos que 30 horas sin jefe de Economía en el momento en que más lo necesitaba. Fernández y Cristina creyeron salir del paso con Silvina Batakis. Pero está claro que ni siquiera les sirvió para salir del paso.
¿Qué pasó en estos cinco días? Para empezar, el blue subió de $ 239 a $ 273 y el contado con liqui, que usan las empresas, de $ 252 a $ 300. La brecha entre el dólar que vende el Central y el que compran las empresas saltó de 101% a 137%.
El Central tuvo que desprenderse de casi 800 millones de dólares y los bonos en dólares, que reflejan el riesgo país, perdieron el 13%. Encima, para evitar una caída mayor de los bonos en pesos, el Central gastó cerca de $ 80.000 millones. Puro fracaso. Nada de condenados al éxito.
La economía se hundía un poco más cada día de la semana y al Central se le ocurrió una idea extraordinaria: suspender la venta en cuotas en los free shops de los aeropuertos. Un Ahora 12 menos. ¿Y el Presidente? Mutis por el foro. Se bajó de todos los actos. Ni una palabra. También desapareció de golpe, Juan Manzur, el jefe de gabinete.
Gabriela Cerruti la portavoz que habla de más. Foto: Presidencia
Deben haber pensado que era mejor no decir nada. O que no tenían nada para decir sobre la debacle. La que sí habló fue la vocera Cerruti. Aunque habría sido mejor para el gobierno que no hablara. Dijo que veía que “el dólar blue ha dejado de subir y empezado a descender”. ¿Dónde lo vio? ¿En una cueva kirchnerista? Y en otra rarísima revelación, afirmó: el presidente estos días silente “está en control del país”. ¿De dónde sacó que tenía que aclarar una cosa así?
A Batakis le tiraron el cargo por la cabeza y como es una militante, lo agarró sin tener plan ni equipo. El plan es algo que sigue sin tener. Al equipo pudo completarlo recién este viernes, cuando sentó a los nuevos responsables de Hacienda y de Finanzas, las dos áreas clave. Con el portazo de Guzmán, se fue de Hacienda Raúl Rigo y, de Finanzas, Rafael Brigo. Rigo era un funcionario sólido y de décadas de experiencia, que sabe de presupuesto como nadie.
Ha cubierto las plazas con mayoría de bonaerenses. Batakis se mueve en un mundo de economistas limitados a experiencias en Buenos Aires. No hace falta decir que con el lío enorme que ha estallado hubiera necesitado poner al frente a los mejores pilotos de tormenta. El problema: le fue imposible encontrar a alguien dispuesto a meterse en un gobierno donde el presidente no gobierna y nunca se sabe con qué se saldrá la que gobierna. Para colmo, La Cámpora le dejó entero el paquete de Energía: Martínez y Basualdo, los que le hicieron la vida imposible a Guzmán. Y Batakis decidió que sigan ahí.
Batakis en el país de las maravillas
Batakis apareció en tevé y, como Cerruti, se ubicó en el país de las maravillas, que es el eterno país de los discursos. En sintonía con la monserga cristinista del festival de importaciones, se metió en un brete ideológico con el turismo y la generación de empleos. Dijo que el derecho a viajar “colisiona” con la creación de puestos de trabajo. ¿Viajar y comprar afuera daña el futuro de los argentinos? Las redes, impiadosas con estos descubrimientos militantes, le respondieron: el kirchnerismo colisiona con un país normal.
Quizás la explicación de por qué dice estas cosas, la haya dado sin darla la propia Batakis cuando reveló que su modelo de ministro es José Ber Gelbard, al que también Cristina elogia y cuya gestión empezó pisando tarifas y dólar y desembocó en el Rodrigazo, primera gran explosión inflacionaria que vivimos acá.
Máximo Kirchner se quejaba mientras tanto de los que se abrazaron a Guzmán, que “los dejó tirados”. La renuncia de Guzmán fue una traición, no la de los ministros K que por orden de Cristina renunciaron en bloque. Una más de Máximo: “Ahí está otra vez Cristina, poniendo la cara para sacar esto adelante”. ¿Adelante de qué? No tenemos dólares, la inflación está en el 80% y se viene la recesión. Como diría Guzmán: pura sarasa.
Y de Guzmán, a quien trató de echar por todos los medios, Cristina dice que es un “irresponsable” y un “desestabilizador”. ¿Por qué lo dice? Porque Guzmán hizo lo que ella quería que se hiciera: irse. Pero no de la manera que ella quería, dejándola plantada. También dice que no va a “revolear ningún ministro”. Ninguno más de los que ya revoleó. Ayer bajó un cambio y es por algo algo de lo que no habla: el miedo a que la economía se le escape definitivamente de las manos. Y ese miedo es el que hace que se vuelva a juntar con Fernández y con Massa.
Fuente Clarin