Así, el Ejecutivo de centroizquierda va “a poner en marcha un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las grandes empresas energéticas” que le permitirá al Estado recaudar unos “2.000 millones de euros” este año y otro tanto el que viene, precisó Sánchez, quien habló de objetivos recaudatorios y no de alícuotas precisas. Además, se impondrá un impuesto temporal “a las grandes entidades financieras, que ya se están empezando a beneficiar de las alzas de los tasas de interés”, con una duración de dos años –2022 y 2023– y que permitirá “recaudar 1.500 millones de euros al año”, dijo Sánchez.
Ejemplos
Varios otros países europeos anunciaron en los últimos meses gravámenes excepcionales sobre los beneficios empresariales derivados de la inflación, en particular de los grupos energéticos, que registraron beneficios muy elevados el año pasado. Por ejemplo, el Reino Unido instauró un impuesto excepcional del 25% sobre las ganancias de los gigantes energéticos para ayudar a los hogares más desfavorecidos. Italia, por su lado, decidió gravar también con un 25% adicional los beneficios de las grandes empresas del sector energético. También Grecia y Hungría se sumaron a la tendencia. España ha adoptado desde el año pasado numerosas medidas para intentar contener la inflación, que llegó en junio a 10,2% interanual, su nivel más alto en 37 años. Entre ellas figuran subsidios a los combustibles, reducción del IVA a la electricidad y una suba de las jubilaciones y pensiones. Con una mejora de la recaudación, el Gobierno pretende acotar el alza de los precios a un ritmo del 6% anual hacia fin de 2022.
En la eurozona, la inflación alcanzó a un máximo histórico de 8,6% interanual en junio.
“Desde que empezaron a subir los precios en septiembre del año pasado, España ha movilizado cerca de 30.000 millones de euros” para apoyar a empresas y sus consumidores, es decir, un 2,3% del producto bruto interno (PBI), afirmó Sánchez.
Gas ruso
La crisis se hace más aguda en toda Europa debido al corte del gas ruso que fluye a través del gasoducto Nord Stream 1, con especial impacto en Alemania. Si bien esto responde a una parada técnica anunciada desde hace tiempo y que debería durar solo diez días, la profundización de la guerra en Ucrania hace temer que se trate de una represalia de larga duración por las sanciones occidentales.
La Unión Europea (UE) ya se prepara para la posibilidad de un invierno boreal sin combustible suficiente. Así, mientras Pedro Sánchez instó ayer a los consumidores a ahorrar todo lo posible, el alemán Olaf Scholz analiza activar el nivel máximo de la alerta en vigor, que establece un racionamiento compulsivo.
Fuente Ambito