En un discurso televisado, Sayyed Hassan Narallah dijo que Líbano debería poder extraer petróleo y gas en aguas libanesas, y advirtió que haber enviado drones sobre el yacimiento de gas de Karish, en el Mediterráneo, a principios de julio, era “un modesto comienzo de hacia dónde podría dirigirse la situación”.
El 2 de julio, el ejército israelí indicó que había derribado tres aviones no tripulados antes de que Hezbolá dijera que no estaban armados y que habían sido enviados en misión de reconocimiento.
“El mensaje de los drones significa que vamos en serio, que no buscamos una guerra psicológica, sino que avanzamos poco a poco”, señaló Nasrallah, quien dijo que las autoridades libanesas deberían aprovechar la fuerza de su grupo para utilizarla en las negociaciones indirectas.
Nasrallah añadió que el grupo responderá “sin ninguna duda”, señalando que el “mensaje fue entendido por los israelíes y los estadounidenses”.
“Que nuestro mensaje se haya entendido o no en el Líbano no es importante. Lo importante para nosotros es que el enemigo entienda el mensaje”, dijo.
El líder de Hezbolá dijo que era la primera vez que el movimiento chiíta enviaba tres drones al mismo tiempo, y añadió que cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego cerca de Karish fue un mensaje para los ingenieros de la instalación de que no es una zona segura.
Nasrallah recordó que además de los drones, el grupo tiene otras capacidades en el aire y en el mar y “todas las opciones están sobre la mesa”.
“Si vamos a la guerra, podemos imponer nuestras condiciones al enemigo”, dijo el funcionario, advirtiendo que si los estadounidenses no les dan los “derechos que se exigen”, sólo “Dios sabe” lo que harán.
“Daremos la vuelta a la tortilla en la cara del mundo”, subrayó.
Las negociaciones entre Líbano e Israel para determinar las fronteras marítimas comenzaron en octubre de 2020, cuando ambas partes celebraron acuerdos indirectos con la mediación de Estados Unidos en el sur del territorio libanés.