Por Francisco Jueguen
En lo que va del año, acumula un alza de 36,2% en el primer semestre; los analistas ya advierten sobre el salto de julio tras la fuerte incertidumbre con el dólar y las tensiones políticas que se acumulan en el Frente de Todos
Es el último número que dejó la gestión de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía antes de su renuncia. Con un dólar oficial y tarifas de servicios públicos que van detrás del avance del IPC oficial, la inflación de junio fue de 5,3%, el peor dato para ese mes desde 1990. Se trata de una aceleración frente al número previo en un piso mensual elevado. Deja un alza acumulada en el primer semestre de 36,2%. Analistas pronostican una suba de precios a fin de año de hasta 90%.
El incremento en los últimos doce meses alcanza un 64%, la peor variación desde 1992. La inflación núcleo -deja afuera los precios estacionales y regulados- fue en el mes de 5,1%. Alimentos y bebidas, el capítulo más sensible e importante del índice de inflación que informó esta tarde el Indec, avanzó 4,6% en el mes. Algunos especialistas remarcaron a LA NACION que la desaceleración de los precios de los alimentos frente al avance de otros rubros del índice indica que el impacto de la guerra -el principal argumento del Gobierno ante el aumento de la inflación- ya no está tan presente. En mayo, el índice de inflación del organismo que conduce Marco Lavagna había marcado un 5,1%.
El mayor incremento se registró en el rubro Salud, que reflejó un alza de 7,4%. Según el Indec, detrás vinieron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros (6,8%), Bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%) y Restaurantes y hoteles (6,2%).
A diferencia de lo que ocurría con la gestión de Guzmán, no hubo una interpretación oficial desde el Ministerio de Economía de una variación que muestra la primera aceleración en tres meses, pese a los pronósticos gubernamentales.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de junio había pronosticado para ese mes un alza de 5,4%. Para el año, el top ten de analistas consultados por el Banco Central (BCRA) esperan una inflación promedio de 79,2% a fin de año. Varias consultoras alertaron ya de un salto en la inflación de julio por el fuerte incremento de la brecha cambiaria que se verificó tras el salto de los dólares “libres” y las trabas a las importaciones que derivaron en elevadas remarcaciones. En la consultora LCG, por caso, esperan que el dato de inflación esté entre un 6% y un 8%, dijeron a este medio.
La nueva gestión de Silvina Batakis no cambió significativamente el discurso sobre la inflación. Señaló que es un fenómeno multicausal, como indicaba su antecesor y ratificó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “La inflación es algo que va carcomiendo la vida de los argentinos. El gran problema es que no permite planificar la vida personal, el irse de vacaciones. Tampoco permite planificar a las empresas y al Estado le genera pérdidas de recursos humanos y monetarios”, indicó en una entrevista Batakis. Luego culpó de la situación al mundo (“se triplicó”, dijo), pero admitió que el país tiene inflación “por causas propias” desde hace por lo menos 20 años. “No queremos góndolas vacías”, señaló y reclamó “precios accesibles”. Habló luego de “rentabilidades especulativas”, haciendo alusión a los empresarios.
Justamente, como un nuevo intento de desligar al Gobierno de las responsabilidades de los aumentos de precios, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, apuntó hoy contra los empresarios “especuladores y codiciosos”, y aseguró que no hay desabastecimiento de productos de primera necesidad. “Deberíamos ser todos suficientemente sensatos y solidarios”. La vocera adelantó que el índice mostraría una desaceleración, algo que no se reflejó en la información oficial.
El Gobierno mantuvo reuniones con supermercados y con la industria alimenticia. En sigilo, les pidió a los primeros que rebajen los aumentos mensuales a entre 3% y 4% por mes. Fue una decisión que trasladó el nuevo secretario de Comercio Interior, Martín Pollera. Con la gestión previa, esas alzas era de entre 5% y 6% para evitar un desabastecimiento.
La opinión de los economistas
“Es un nivel alto y de mantener esta tendencia, sumado a las remarcarciones de julio, ya estamos proyectando una inflación de 90% para el año. Esto instaló el índice o la inflación en un nivel más alto. No vemos que desacelere. Hay que aprender a convivir con estos niveles de inflación mensuales por encima del 5%”, afirmó Guido Lorenzo, director de LCG.
“La inflación de junio está en línea con lo que proyectábamos, un 5,4%, pero eso no la hace menos dañina. Se cumplen cuatro meses con inflación superior al 5% mensual. Si bien el ajuste de tarifas tuvo impacto, la inflación núcleo fue del 5,1%, lo que muestra que la inercia inflacionaria tiene un piso alto”, señaló Claudio Caprarulo, director de Analytica.
“Julio es un mes aún más complejo, con un piso del 6%. El salto en la brecha cambiaria y la incertidumbre por el recambio del equipo económico generó comportamientos anómalos, como la falta de precios de referencia en algunos bienes y servicios. El Gobierno está obligado a generar mayor certidumbre para calmar las expectativas y empezar a normalizar el sistema de precios”, adelantó el especialista.
“Sigue alto el nivel general y la núcleo, con alimentos corriendo detrás”, dijo Gabriel Caamaño Gómez economista de la consultora Ledesma. “Bien detrás, porque ya desde junio que las commodities vienen bajando. Y esto sigue alto. Queda claro que ya no es la guerra”, cuestionó.
Fuente La Nacion