El 9 de julio, los manifestantes tomaron por asalto el palacio de Rajapaksa, que huyó a Singapur, desde donde anunció oficialmente su dimisión el viernes. El parlamento elegirá al nuevo presidente el 20 de julio. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, que asumió como presidente interino, es el gran favorito para sucederle. “Ya son 100 días desde que todo comenzó“, escribió en Twitter este domingo uno de los manifestantes más activos en las redes, Prasad Welikumbura.
“Pero estamos aún lejos de un cambio de sistema. #GoHomeRanil”, añadió Welikumbura, quien, como otros manifestantes, exige también la dimisión de Wickremesinghe. “Estamos discutiendo con los grupos que participan en la Aragalaya para dirigir la campaña contra Ranil Wickremesinghe”, dijo a la AFP un portavoz de los manifestantes.
El presidente interino ordenó al ejército que haga todo lo posible para mantener el orden, y el lunes se enviarán refuerzos de la policía y el ejército a la capital para garantizar la seguridad alrededor del parlamento, de cara a la votación del miércoles.
3 claves económicas que derivan en una crisis política
1. Sin reservas
Sri Lanka comenzó a dar muestras de una incipiente crisis económica desde finales de 2021. En noviembre de ese año, las autoridades se vieron obligadas a cerrar su única refinería de petróleo para evitar un abultado gasto de divisas por la importación de crudo.
El país vio mermar sus reservas internacionales en los últimos 2 años, con la caída drástica del turismo debido a la pandemia cuando Sri Lanka comenzaba a recuperarse de los atentados yihadistas de Pascua que el 21 de abril de 2019 dejaron un balance de 269 muertos y más de 400 heridos.
Una inflación récord y la escasez de medicamentos, alimentos y combustible llevó al Gobierno a suspender el pago de la deuda externa en abril. También debió negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las condiciones de un posible rescate que todavía no se ha producido.
2. Cortes de electricidad masivos
Los largos cortes de electricidad que empezó a vivir la isla en marzo, de hasta 13 horas de duración, provocaron las primeras manifestaciones por parte de la población. Miles de personas acamparon en las inmediaciones de la Secretaría Presidencial de Colombo para exigir la dimisión del clan Rajapaksa. Mayoritariamente pacíficas, las protestas se vieron empañadas por la violencia el 9 de mayo. Esto llevó a las autoridades a imponer un toque de queda nacional que se alargó por varios días.
3. Fin del combustible
Con las reservas de combustible al borde de su agotamiento, las autoridades esrilanquesas paralizaron a finales de junio casi por completo la actividad de la isla al restringir el uso de combustible a los servicios esenciales.
Afirmaron que se habían producido acercamientos con compañías petroleras de distintos países, entre ellas una de Rusia, que envió la semana pasada 2 representantes a Sri Lanka para negociar un acuerdo.
Fuente Ambito