La guerra de Ucrania se ha extendido en el tiempo más de lo esperado y la crisis humanitaria, lejos de haber concluido, parece apenas comenzar con casi ya diez millones de refugiados y desplazados.
Ricardo Angoso
Cuando han pasado más de cinco meses desde que Rusia atacara a Ucrania, el 24 de febrero de este año, en un ataque tan anunciado como inesperado por una buena parte de la opinión pública que se negaba a aceptar el mismo como una fatalidad irremediable, las consecuencias humanitarias han sido devastadoras, habiendo provocado un desplazamiento de casi el 25% de la población ucraniana en estos meses hacia los países vecinos y también hacia otros, sobre todo, de la Unión Europea (UE). Desafortunadamente, la tendencia es creciente y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha evaluado que la cifra podría superar ya los 8,4 millones de refugiados, una cantidad que se podría ver incluso superada debido a que en el interior de Ucrania hay millones de desplazados internos en busca de lugares seguros y que podrían pasar a engrosar la nómina de refugiados en los países vecinos.
Según los últimos datos de ACNUR -a julio de 2022-, 9.567.003 personas han abandonado el territorio ucraniano.
Por países, 4.787.154 refugiados ya han llegado Polonia, 1.750.800 a Rusia, 995.637 a Hungría, 870.241 a Rumanía (al 18 de julio), 610.201 a Eslovaquia, 541.323 a Moldavia y 16.677 a Bielorrusia. Alemania tendría casi otro millón de refugiados dentro de sus fronteras y España ya se acerca a los 150.000.
La guerra, más larga de lo previsto inicialmente, pues se esperaba una rápida intervención rusa al estilo de lo que se conoce en el argot militar como una guerra relámpago (Blitzkrieg, en alemán), ha provocado numerosos daños materiales, sobre todo en viviendas, infraestructuras, sistema de transportes e industrias, y graves problemas para la población civil ucraniana en todos los órdenes de la vida cotidiana, como desabastecimiento de productos alimentarios básicos, aumento de la inflación, cortes de los servicios fundamentales, como agua, luz y gas, y pérdida definitiva para miles de personas de sus viviendas en todo el país a causa de los bombardeos indiscriminados de las fuerzas rusas.
Fruto de todo este estado de cosas, e incluso empeorando en algunas zonas de Ucrania, como el disputado Donbás, el ACNUR cuantifica que unos 16 millones de ucranianos podrían requerir ayuda humanitaria y que la crisis podría agravarse debido a la prolongación de la guerra. El rápido desplazamiento de millones de refugiados obligó a todas las organizaciones internacionales a tomar medidas urgentes y adoptar decisiones tendentes a paliar la crisis. El ACNUR, por ejemplo, estableció unidades de apoyo en los países fronterizos a Ucrania y en el mismo país atacado. Según sus páginas web, “el ACNUR trabaja tanto en las zonas de Ucrania controladas por el Gobierno como en las que no lo están, para proporcionar asistencia jurídica, social y humanitaria, como ropa de invierno y mantas, y para ofrecer apoyo psicosocial y alojamiento de emergencia a las personas que lo necesitan”.
LA RESPUESTA DE LA UNION EUROPEA A LA MAS GRAVE CRISIS HUMANITARIA DESDE 1945
En lo que respecta a la Unión Europea (UE), en primer lugar, adoptó como medida urgente la libertad de movimientos para todos los refugiados ucranianos y sin ningún tipo de impedimentos en los mismos. De esta forma, se daba cumplimiento a una resolución adoptada durante un pleno extraordinario del Parlamento Europeo, el 1 de marzo de este año, por la cual se activaba la Directiva de Protección Temporal, algo que se hacía por primera vez desde el año 2001, en que fue puesta en vigor. La directiva en cuestión tiene como objetivo conceder una inmediata protección temporal en la UE a las personas que huyen de la guerra de Ucrania, incluyendo a ciudadanos ucranianos, nacionales de terceros países, apátridas o personas con permiso de residencia en el país. Así se permite a las personas desplazadas disfrutar de los mismos derechos en toda la UE, como el permiso de residencia, la posibilidad de trabajar, el alojamiento y el acceso a la asistencia social y médica. La protección temporal no impide a los afectados solicitar asilo.
Asimismo, y como parte de una estrategia por apoyar a Ucrania en esta coyuntura tan difícil, la UE ha asignado 243 millones de euros en asistencia humanitaria para ayudar a los civiles afectados por la guerra de Ucrania, de los cuales 230 millones de euros se han destinado a Ucrania y 13 millones de euros a Moldavia. Los fondos forman parte del paquete de ayuda de la UE de 1.000 millones de euros comprometido por la Comisión Europea para responder a las necesidades humanitarias más acuciantes, tanto dentro como fuera de Ucrania. Según informa la misma UE, con estos fondos ya asignados se ayuda a quienes están en Ucrania y a los que han huido a países vecinos, facilitándoles alimentos, agua, atención sanitaria, y alojamiento. (Por otra parte, varios países están destinando ingentes fondos para la ayuda humanitaria de los refugiados que huyen de la guerra, entre los que destaca Alemania, que ya anunció un paquete de 2.000 millones de euros para el alojamiento e integración de los refugiados ucranianos).
Como tercer aspecto de estas acciones de la UE, la asistencia en materia de protección civil es otra de las áreas en las cuales se está trabajando desde Bruselas. Los países de la UE están facilitando asistencia a Ucrania y a los países vecinos en respuesta a la escalada del conflicto que comenzó en febrero de 2022, coordinando la prestación de asistencia material a Ucrania y sus países vecinos a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE. Todos los países de la UE, así como Noruega y Turquía, están ofreciendo a Ucrania asistencia concreta en estas materias: Material médico, ropa de protección, material para refugios, equipos de extinción de incendios, grupos electrógenos y bombas de agua. También se ha destinado ayuda a Ucrania procedente de las reservas médicas de RESCEU, por ejemplo, equipos médicos especializados y material de protección, como mascarillas y batas. Además de estas iniciativas, la UE está prestando asistencia en materia de protección civil asimismo a Eslovaquia, República Checa, Moldavia, Polonia y a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Esta es la mayor operación del Mecanismo de Protección Civil de la UE hasta la fecha.
Otro aspecto fundamental de esta política es la ayuda financiera, tanto a los países vecinos que han recibido a los millones de refugiados como a Ucrania. Con el fin de ayudar a las personas que huyen de la guerra en Ucrania, en abril de 2022 la UE aprobó tres Reglamentos que desbloquean más de 20.000 millones de euros en fondos. Estos fondos garantizarán que los Estados miembros que acojan refugiados dispongan de recursos suficientes para satisfacer las crecientes necesidades de vivienda, educación y asistencia sanitaria. Siguiendo con estas ayudas económicas, se autorizó a los Estados miembros a que pueden utilizar un total de hasta 9.500 millones de euros de fondos que aún no están programados en el marco del tramo de 2022 de la Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y los Territorios de Europa (REACT-UE), uno de los mayores programas de inversión pública de la UE posteriores a la pandemia. También pueden utilizar todos los recursos no asignados del período 2014-2020 (alrededor de 7.000 millones de euros), en otro esfuerzo por parte de la UE para paliar los gastos causados por la llegada de millones de refugiados ucranianos.
Siguiendo con las ayudas económicas, en febrero de 2022, en el contexto de la pérdida de acceso a los mercados internacionales de capitales debido al aumento de la incertidumbre geopolítica y a su repercusión en la situación económica de Ucrania, la UE decidió aportar otros 1.200 millones de euros a fin de fomentar la estabilidad en el país. Más tarde, el 4 de abril de 2022, la UE decidió ejecutar una operación de ayuda macro financiera de 150 millones de euros en forma de préstamos y subvenciones en favor de la República de Moldavia que, aunque no es miembro de la UE, ha decidido solicitar su ingreso y se ha mostrado muy receptiva a la ayuda a los refugiados ucranianos. Meses después de la agresión rusa a Ucrania, en el Consejo Europeo de los días 30 y 31 de mayo de 2022, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE declararon que la UE está dispuesta a conceder a Ucrania una nueva ayuda macro financiera excepcional de hasta 9 000 millones de euros en 2022.
Entre otras medidas adoptadas por la UE para ayudar a Ucrania, hay que reseñar que se aprobó un Reglamento, en mayo de este año, que permite la liberalización temporal del comercio y otras concesiones comerciales con respecto a determinados productos ucranianos. La decisión se aplicará durante un período de un año y suspenderá, en particular, todos los aranceles contemplados en el título IV del Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania; la percepción de derechos antidumping sobre las importaciones originarias de Ucrania; y, finalmente, la aplicación del régimen común aplicable a las importaciones con respecto a las originarias de este país.
Además, a estas ayudas de la UE para enfrentar el impacto humanitario que ha significado esta crisis, hay que añadir otras dos líneas más de actuación para ayudar a Ucrania a enfrentar la misma: la UE ha adoptado una dotación por valor de 2 000 millones de euros, con cargo al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, para reforzar las capacidades y la resiliencia de las fuerzas armadas ucranianas y el apoyo pleno a Ucrania para garantizar que los responsables de las terribles atrocidades perpetradas sean llevados ante la justicia y para que se adopten las medidas al respecto que puedan cumplir con tal fin, guardando las pruebas, recogiendo las evidencias y aportando material técnico a Ucrania para que pueda documentar las mismas ante la Corte Penal Internacional y otras instancias jurídicas.
Fuente Aurora