
El jueves, una banda de hombres armados irrumpió en el plató de un video musical y violó a ocho mujeres cerca de Krugersdorp, una pequeña ciudad al oeste de Johannesburgo.
No se ha inculpado aún a nadie, pero la policía acusó a inmigrantes ilegales que trabajan en las minas de esa zona de Sudáfrica, y detuvo a a 84 personas en una redada.
De acuerdo a la reconstrucción hecha por la policía, un equipo de 22 personas (12 mujeres y 10 hombres) estaban filmando un video musical en una mina abandonada cuando fueron atacados por un grupo de hombres armados.
Otros dos sospechosos murieron en un tiroteo con la policía y un tercero resultó herido, según fuentes policiales.
Conmoción en Sudáfrica
El lunes, los detenidos empezaron a comparecer ante el tribunal acusados de haber entrado ilegalmente en Sudáfrica y de estar en posesión de bienes robados.
La jefa de la policía nacional, Fannie Masemola, dijo que se está investigando si estuvieron involucrados en la violación.
El presidente Cyril Ramaphosa describió el lunes estos “horribles actos de brutalidad” como “una afrenta a los derechos de las mujeres” y dijo que “los violadores no tienen cabida en nuestra sociedad”.
Este crimen ha avivado un debate ya existente en Sudáfrica sobre la castración química para los violadores.
También ha puesto presión sobre el gobierno, ya que la oposición afirma que la policía está mal equipada para luchar contra la delincuencia en el país, que tiene una de las tasas de homicidio más altas del mundo.
Fuente Ambito