La Comisión de Transportes de Diputados, a cargo del radical Jorge Rizzotti, cerró las reuniones informativas en torno a la problemática de alcohol cero al volante de cara a firmar un dictamen de consenso. En esta ocasión, los expositores manifestaron su desacuerdo con aplicar tolerancia cero, ya que remarcaron que “no va a solucionar nada”, y, por el contrario, señalaron que la solución es “la educación vial, los controles y las sanciones correspondientes”.
Participaron y expusieron en el encuentro Sergio Villanueva, director Ejecutivo Fondo Vitivinícola Mendoza; Nicolás Vicchi, subgerente Asociación de Cooperativas Vitivinícolas; Carlos Fiochetta, gerente general Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar); el licenciado Esteban Bicarelli, asesor externo de Coviar; Fabián Pons, presidente OVILAM (Observatorio Vial Latinoamericano); y Fernando Campagnini, abogado Perito en Transporte.
Al inicio de la reunión, la vicepresidenta de a Comisión, la oficialista Jimena López, quien sostuvo: “Con el presidente tenemos la convicción de que todas las posturas tienen que ser escuchadas como las de ustedes. Anteriormente escuchamos a las asociaciones civiles y a uno de los médicos de toxicología”.
El ingeniero del Observatorio Vial Latinoamericano, Fabián Pons, abrió la ronda de debate al resaltar que “es un error mezclar alcohol cero con alcoholemia cero”, y explicó: “Leyes de alcohol cero hay en todo el mundo, por el contrario, leyes de alcoholemia cero hay muy pocas, son excepciones y, en general, más por motivos políticos que por otra cuestión”.
“El alcohol cero es lo deseable, que nadie maneje bajo los efectos del alcohol. La alcoholemia cero es una aberración técnica es ir en contra del sistema métrico legal argentino”, señaló Pons y precisó que “una medida se determina por tres parámetros: el valor nominal, la unidad de medida y el margen de tolerancia. De hecho, estipular una medida sin margen de tolerancia no es correcto, técnicamente no es viable. Toda medida debe tener un margen de tolerancia porque hay una suma de errores”.
En esa línea, coincidió con los expositores de las reuniones anteriores respecto a “que no siguieran matando conductores alcoholizados”, “que se haga justicia con sus casos”, pero en lo que no están de acuerdo es “en la forma de solucionar el problema porque es algo mundial. En la Argentina está exacerbado”.
A su vez, les preguntó a los legisladores: “¿Qué datos oficiales tienen de la República Argentina de los últimos años con respecto a los niveles de alcoholemia que se presentan?”, y respondió: “Si los buscan no los van a encontrar porque no hay”.
“Muchas de las informaciones que se vertieron son en muchos casos erróneos como por ejemplo se dijo que 1 de cada 4 accidentes viales esta generado por un conductor alcoholizado. No hay estadísticas nacionales”, cuestionó Pons y remarcó que “la forma de catalogar o medir los muertos en función de siniestros protagonizados por gente alcoholizada no es la misma para el mundo que para la Agencia de Seguridad Vial”.
Asimismo, ejemplificó: “Según los datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre el año 2015 y 2016 el 21,6% de la cantidad de siniestros viales mortales estuvieron protagonizados por gente alcoholizada. Dentro de esa gente alcoholizada había peatones y ciclistas. Eso hace que los conductores alcoholizados no eran el 23%, sino el 14%”.
Como segunda cuestión, señaló que “se apeló a un informe del 2009 lo cual fue bastante criticado en su momento por su falta de calidad estadística ya que el estudio donde se dijo que el 23,8% de los conductores tenían entre 0,1 y 1,5 gramos de alcohol en sangre en realidad se hizo con 43 casos. El espacio muestral es irrisorio y la técnica estadística es vergonzosa y eso se tomó como dato”.
Por otro lado, criticó la comparación que se hizo de los países que optaron por aplicar tolerancia cero porque “datos oficiales desde que Uruguay implementó tolerancia cero subió la cantidad de mortalidad. Datos oficiales de Paraguay de los últimos tres años pasaron del 4% al 5% y luego a 6% de conductores ebrios. No tiene ningún asidero lo que se dice de los países limítrofes”. Asimismo, sumó: “Según la OMS en el 2020 en el caso de Uruguay tolerancia cero tiene una tasa de mortalidad de 13,84% cada 100 mil habitantes, Paraguay 22,60%, Brasil 15,08%, España que tiene 0,5 de tolerancia para conductor particular y 0,3 para el profesional y la tasa de mortalidad es 3,15%”.
“Esos países no legislaron la tolerancia cero, es una aberración técnica la tolerancia cero como primera medida. Aparte es ir en contra del problema”, opinó el ingeniero y explayó: “El problema lo tenemos hoy con los conductores altamente alcoholizados y eso lo sabemos, por lo tanto, el mundo en vez de concentrarse lo que está dentro de la ley porque, piensen que lo que estamos haciendo es que a ala gente que hoy tiene una tolerancia de 0,5 le queremos bajar el límite a 0. Resulta que el problema lo tenemos con los que tienen más de 1. Ayer las cinco personas que disertaron tuvieron familiares fallecidos por conductores alcoholizados, pero ninguno de los cinco casos tenía menos de 0,4 gramos de alcohol en sangre. Entonces si el problema es que tenemos una mortalidad muy importante con gente que tiene menos del 0,5 gramo, hay que preocuparse por ese límite porque está mal”.
“Legislar la tolerancia cero es una aberración técnica. En Argentina hay 7 controles cada mil habitantes, se necesita voluntad política de control”.
En esa línea, insistió: “Cero no puede ser, busquemos un valor intermedio”, y se refirió a las provincias que adoptaron alcohol cero como ley: “La primera fue Córdoba en 2015 teniendo 335 muertos, hoy tiene 564 por lo tanto no está el problema en el numerito. Si en el momento en que perdieron a sus hijos, que es un dolor muy grande, hubiese habido tolerancia cero, habría pasado lo mismo, nada habría cambiado”.
“Estuvimos engañando a los conductores profesionales por 25 años porque no hay alcoholímetros para profesionales y particulares y los errores son para todo el mundo y no hay ningún aparato de medición que tenga tolerancia cero”, precisó Pons y cerró: “Los países que tenían este problema lo resolvieron educando, concientizando, controlaron y sancionaron. En Argentina hay 7 controles cada mil habitantes, se necesita voluntad política de control”, y pidió que “no frustren otra vez a los familiares de víctimas sacando una ley que no les va a solucionar nada”.
En su alocución, Fernando Campagnini, abogado Perito en Transporte, compartió la postura del disertante preopinante porque “el alcohol cero no existe, no se puede medir. Toda medida requiere de una tolerancia y esto ha dado pie a que se interpreten de distintas maneras porque al no existir el cero, los aparatos tiran mediciones erróneas”.
“En 30 años que trabajo, el alcohol no es la principal causa de siniestros. Si nos fundamentamos en datos del Estado se puede ver”, resaltó y recordó que un informe del 2019 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial señala que no más del 28% de las personas que ingresaron por un siniestro a un hospital manifestaron que habían consumido alcohol en las ultimas 6 horas.
A continuación, detalló que “el 75% de los accidentes viales son generados por otras causales que no se le dé la impronta como al alcohol cero. El Estado de las rutas, a la falta de demarcación, gente usando celulares y aplicaciones y nadie dice nada respecto a los autos nuevos que traen las pantallas táctiles”, y preguntó: “¿Es el alcohol el factor principal de generar todas las muertes en Argentina? es mentira, si genera siniestros, pero no es el principal”, y pidió que se trataran todos esos aspectos que también generan accidentes.
Campagnini reiteró que “después de muchos siniestros el alcohol no figura como un elemento determinante en los siniestros ni de muertes”, pero resaltó la importancia de no consumir alcohol si vas a manejar, aunque cuestionó: “Someternos a un control que no es fehaciente, no estoy de acuerdo. No puedo permitir, como abogado, que se fije el alcohol cero como normativa, pero que se baje de 0,5 a 0,2 estoy de acuerdo”. Y cerró: “Lo único que sirve es el control, no sirve poner estrictamente alcohol cero y las muertes van a empezar a disminuir”.
Carlos Fiochetta, gerente General Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), manifestó de forma breve que “queremos ser parte de la solución y de discutir este problema y poniendo la cara. Somos una actividad que decidimos estar presente y proponer soluciones”, concluyó: “Creemos y estamos convencidos de que este problema se aborda con soluciones concretas, consensos, con discusión y no con soluciones facilitas como las que se proponen”.
En su intervención, el subgerente Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, Nicolás Vicchi, sostuvo que “la discusión de una política de seguridad vial no es ajena a nuestra realidad, es transversal, porque cualquiera puede estar sujeto a un siniestro vial”, y recordó que “no es la primera vez que se discute este tema incluso en la provincia de Mendoza se empezó a abordar desde el lado de aumentar los controles y las sanciones sin alterar el 0,5 sabiendo que no era la solución y la evidencia demuestra que estaba en la razón”.
“Las multas o que te saquen el auto, más aún en el ámbito de la juventud, desalienta tajantemente de especulaciones o intenciones de consumir alcohol y luego manejar”, informó y resaltó la importancia de los controles y políticas disuasivas para disminuir los hechos: “Es necesario que nos pongamos a pensar cómo mejoramos la seguridad vial”, y sugirió incorporar otras cuestiones como consumo de estupefacientes, horas de sueño, entre otras. “La seguridad vial es un tema integral, no vamos a solucionar el problema y solo vamos a perder el tiempo”, cerró.
Fuente Mendoza Today