Lula, de 76 años y favorito en los sondeos, lideró, subido en una camioneta, la “marcha de la victoria”, que recorrió una arteria cercana a la emblemática Avenida Paulista, escenario de las grandes manifestaciones en la megalópolis.
El ex mandatario fue acompañado por miles de personas que ondearon banderas variopintas de centrales sindicales, colectivos LGBTI, grupos de negros y feministas, pero principalmente las rojas de su Partido de los Trabajadores.
A unos cinco kilómetros de la Avenida Paulista, Bolsonaro, de 67 años, chaqueta negra y sin casco, encabezó una caravana en moto hasta el Parque Ibirapuera, pulmón verde de Sao Paulo, donde lo aguardaban miles de simpatizantes. A lo largo de la vía, vestían camisetas amarillas y verdes y ondeaban banderas de Brasil, aplaudían, pitaban y pedían selfies con el mandatario.
“¡Lula ladrón, tu lugar es la prisión!”, gritaron los bolsonaristas mientras el presidente cargaba una bolsa con una foto de su rival izquierdista tras las rejas.
El actual presidente de Brasil sufragó en una escuela de Río de Janeiro.
El ex presidente y actual candidato votó en la Escuela Estadual Firmino Correia de Araújo, en São Bernardo do Campo, región metropolitana de San Pablo.
Llegó acompañado por su esposa, Rosângela da Silva, su candidato a vice Geraldo Alckmin y el candidato del PT al gobierno de San Pablo, Fernando Haddad.
“Este será un mejor país”, indicó Lula tras emitir su sufragio. “Hay que trabajar y producir“, pidió.
Los dos favoritos para convertirse en el próximo presidente de Brasil, Lula y Bolsonaro, tienen programas contrapuestos.
En lo económico, el primero favorece un mayor papel del Estado, mientras el segundo apoya privatizaciones de empresas paraestatales.
En lo social, el candidato izquierdista menciona la importancia de proteger los derechos de las minorías raciales y sexuales, mientras el ultraderechista se centra en la familia y en la protección de la vida “desde la concepción”.
Pese a las diferencias, ambos programas comparten algo: su falta de concreción.
El Gobierno moviliza a cientos de miles de policías y al Ejército para garantizar la seguridad de los votantes este domingo. El ministro de Justicia, Anderson Torres, dijo este sábado que cerca de 500.000 policías serán desplegados en todo el territorio, y que se enviarán soldados a 568 de los 5570 municipios del país, principalmente en la Amazonia.
“Garantizaremos la seguridad para que el pueblo brasileño pueda ejercer su derecho a votar de forma libre y transitar con tranquilidad por las calles”, ha afirmado en una rueda de prensa Torres, citado por la Agencia EFE. El clima de polarización es máximo. Dos militantes, uno seguidor de Lula da Silva y el otro de Bolsonaro, fueron asesinados esta semana a cuchilladas.
El ascenso de Brasil en los primeros años del siglo XXI como mercado emergente -la B en BRICS– terminó con un golpe en 2014.
El país se había beneficiado de un boom mundial de las commodities con un aumento de las exportaciones de materias primas y alimentos, especialmente a una China ávida de recursos. Luego se hundió en una brutal recesión de la que el país aún no se ha recuperado.
Desde entonces, la economía no ha experimentado casi el más mínimo movimiento. En promedio, el PBI creció sólo un 0,15% anual durante la década que terminó a finales de 2021. El nivel de vida ha descendido en un país en el que la clase media había ido creciendo y, pese a ser uno de los principales productores agrícolas del mundo, la inseguridad alimentaria ha aumentado.
El candidato de la izquierda tiene la esperanza de ganar la elección en primera vuelta, para lo que necesita más del 50% de los votos válidos. Los últimos sondeos lo sitúan justo en esa barrera.
“Mañana vayan a la playa, pero antes voten. Si no se decide mañana, descansaremos 15 minutos y saldremos otra vez al campo de juego”, ha dicho en la rueda de prensa.
“El segundo turno es otra elección, esa es mi experiencia. Lo que está en juego es la felicidad del pueblo brasileño, vamos a conversar con quién haga falta”.
En un encuentro con empresarios, Lula pidió ayuda a aquellos que anteriormente apoyaron al para terminar con el hambre en el país, su prioridad, y prometió previsibilidad económica en caso de ganar los comicios del próximo domingo.
Según reveló el portal O Globo, Lula reconoció que su aliado regional, el presidente Alberto Fernández, está “en aprietos” y que no sabe “qué va a pasar” en la Argentina.
El vencedor de las elecciones presidenciales del domingo en Brasil, en las que el progresista Luis Inácio Lula da Silva aparece como favorito, tendrá que lidiar con un Congreso poco renovado, muy fragmentado y con una mayoría de legisladores vinculados a partidos conservadores y de centroderecha.
De acuerdo con diferentes proyecciones divulgadas este sábado, el porcentaje de caras nuevas en la Cámara de Diputados que será elegida el domingo se limitará al 34%, muy por debajo del registrado en 2018 (47 %) y el menor nivel en los últimos 22 años.
La proyección del Instituto Ideia indica que el 66 % de los 513 actuales diputados conseguirá reelegirse el domingo.
Los cálculos son similares a los del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP) que prevé que, con la reelección de unos 300 diputados -de entre los 445 que buscan nuevos mandatos-, el nivel de renovación será del 40 %. En anteriores elecciones el número de los que intentaron la reelección fue menor: 407 en 2018 y 387 en 2014.
Desde las 8 se abrirán los centros de votación para la contienda electoral, en la que 156 millones de electores brasileños también elegirán el domingo la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y los gobernadores y asambleas legislativas de los 27 estados.
Asimismo, el voto es obligatorio para los ciudadanos brasileños entre los 18 y 69 años, y opcional para los jóvenes de 16 y 17 años y para los mayores de 70.
Para ingresar a las urnas, los electores deberán presentar un documento con foto para comprobar su identidad. También podrán consultar el centro de votación en la página del Tribunal Superior Electoral.
El ministro brasileño de Justicia, Anderson Torres, afirmó que las elecciones presidenciales, legislativas y regionales del domingo serán totalmente seguras, tras algunos incidentes violentos ocurridos en el marco de la disputa más polarizada en la historia de Brasil.
“El domingo tendremos unas elecciones seguras. Garantizaremos la seguridad para que el pueblo brasileño pueda ejercer su derecho a votar de forma libre y transitar con tranquilidad por las calles“, afirmó Torres en una rueda de prensa en la que anunció la movilización policial y militar prevista para las elecciones.
“No estamos dirigiéndonos hacia una guerra. Estamos rumbo a unas elecciones”, agregó el titular del Ministerio de Justicia, que será el encargado de coordinar todo el plan de seguridad durante las elecciones con la cooperación de las fuerzas policiales regionales.
Según Torres, el domingo serán movilizados cerca de 500.000 policías y agentes de seguridad en todo el país para garantizar el derecho al voto.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, lamentó la decisión del Gobierno de Bolivia de rechazar el asilo que le ofreció a la ex mandataria Jeanine Áñez, condenada a diez años de prisión en su país, al leer una carta en la que la boliviana le agradece el gesto.
“La expresidenta está presa, pero no por corrupción sino por supuestos actos antidemocráticos. Una vez tuve contacto con ella. Interferí. Busqué la forma de traerla aquí, darle asilo. Pero por ahora nada”, afirmó el líder de la ultraderecha brasileña.
Brasil decide si continúa con la gestión presidencial actual, al mando de Jair Bolsonaro, o vira hacia la centro-izquierda con la elección del ex mandatario y líder del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva.
El país vecino pone en juego todo su sistema político. Los ciudadanos habilitados para ejercer su derecho al voto elegirán 1 presidente y un 1 vice, 513 diputados federales (la cámara completa), 27 senadores (un tercio de la cámara), 27 gobernadores y 1059 diputados estaduales.
Si ninguno de los candidatos presidenciales en Brasil supera la mitad de los votos válidos, la segunda vuelta entre los dos primeros se disputará el próximo domingo 30 de octubre.
Es el mismo sistema para los gobernadores de los 27 Estados que serán elegidos en el gigante sudamericano.
El próximo domingo 2 de octubre los brasileños decidirán a su presidente por los próximos cuatro años y la disputa entre Jair Bolsonaro, el actual mandatario, y Lula da Silva, el candidato del PT, se encuentra en su momento más álgido con una fuerte disputa para consolidar votos y recortar la diferencia que marcan las encuestas.
Bolsonaro, que durante toda su presidencia mostró su excentricidad, reiteró esta condición en plena campaña y les pidió a sus electores que vayan a los centros de votación con camisetas de la selección de futbol del país, algo que el Tribunal Supremo brasileño prohibió expresamente.
Las urnas se abren por un periodo de 9 horas (entre las 8 y las 17) de acuerdo al horario de Brasilia. Todos los votantes participan simultáneamente, de modo que hay una diferencia entre las franjas horarias en un país gigante.
Se espera que una hora después del cierre de urnas se conozcan los primeros resultados de la frenética jornada electoral, catalogada como una de las más polarizadas
La última encuesta de Ipec difundida este sábado (como la de Datafolha), le da a Lula da Silva el 51% de los votos válidos.
Este porcentaje sería suficiente para resolver en primera vuelta a diferencia de Jair Bolsonaro, que tiene 37% de acuerdo al cálculo.
Este domingo 2 de octubre, Brasil decidirá quién será su próximo presidente, en una dura contienda entre los bandos opuestos del progresista Luiz Inácio Lula da Silva y el ultraderechista Jair Bolsonaro, en lo que se considera una de las elecciones presidenciales más polarizadas en décadas en la nación más grande de Sudamérica.
Todo podría pasar durante la extrema jornada, en la que hay una alta posibilidad que los dos candidatos pasen a una eventual segunda vuelta.
La fuerte división que actualmente enfrenta al país carioca -pese a que los resultados de las encuestas señalan al ex presidente Lula da Silva como favorito- podría generar una gran sorpresa en las urnas a las que deben acudir 156 millones de votantes.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) informó que 12.476 brasileños radicados en Argentina están habilitados para ir a votar en las elecciones primarias, teniendo cinco puntos distribuidos en varios puntos del país en donde están asignados a hacerlo.
“No hay forma de que no tengamos al menos el 60% de los votos”, dice Bolsonaro
Durane un paseo en moto por São Paulo, el presidente Jair Bolsonaro volvió a reiterar que cree en una victoria en primera vuelta y dijo que no espera menos del “60% de los votos” en las urnas en las elecciones del 2 de octubre.
Lula y Bolsonaro cierran campaña en Brasil entre consignas y bocinazos
Lula, de 76 años y favorito en los sondeos, lideró, subido en una camioneta, la “marcha de la victoria”, que recorrió una arteria cercana a la emblemática Avenida Paulista, escenario de las grandes manifestaciones en la megalópolis.
El ex mandatario fue acompañado por miles de personas que ondearon banderas variopintas de centrales sindicales, colectivos LGBTI, grupos de negros y feministas, pero principalmente las rojas de su Partido de los Trabajadores.
A unos cinco kilómetros de la Avenida Paulista, Bolsonaro, de 67 años, chaqueta negra y sin casco, encabezó una caravana en moto hasta el Parque Ibirapuera, pulmón verde de Sao Paulo, donde lo aguardaban miles de simpatizantes. A lo largo de la vía, vestían camisetas amarillas y verdes y ondeaban banderas de Brasil, aplaudían, pitaban y pedían selfies con el mandatario.
“¡Lula ladrón, tu lugar es la prisión!”, gritaron los bolsonaristas mientras el presidente cargaba una bolsa con una foto de su rival izquierdista tras las rejas.
Elecciones en Brasil: Lula, Bolsonaro y un país en vilo
Unos 156,5 millones de electores están convocados a las urnas este domingo en Brasil para elegir presidente en una disputa polarizada entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, así como para renovar el Congreso y elegir a los gobernadores regionales.
En vísperas de las presidenciales más polarizadas en la historia de Brasil, la principal duda es si Lula, el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), conseguirá más de la mitad de los votos válidos, que le garantizarán la elección sin necesidad de segunda vuelta.
Ello debido a que, según los últimos sondeos, el ex dirigente sindical cuenta con el 50 % de los votos válidos (ya descontados blancos y nulos), mientras que el líder ultraderechista, que aspira a la reelección, tiene un 36 %.
Fuente El Cronista