Durante 20 años, la frase “sacame la policía de encima” se repitió inmumerables veces cuando se hablaba del homicidio de María Marta García Belsunce. Las cinco palabras se la adjudicaban a la familia y a allegados de la víctima en un supuesto intento para impedir que la fuerza de seguridad ingresara en el country Carmel pocas horas después de la muerte de la socióloga, cuando todavía no se sabía que había sido un crimen. Pero nunca habría existido. Fue un mito.
Así lo sostuvo el comisario mayor en retiro activo Norberto Aníbal Degastaldi al declarar como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de San Isidro, a cargo del tercer juicio por el homicidio de García Belsunce, crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002.
Degastaldi, en octubre de 2002, era el jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro. La mañana después de la muerte de García Belsunce, estuvo en la casa de la víctima para acompañar a Diego Molina Pico, primer fiscal de la causa.
El comisario mayor Norberto Aníbal Degastaldi declaró como testigo (Enrique García Medina/)Degastaldi recordó que se enteró del fallecimiento de García Belsunce tras una llamada que le hizo el comisario general Ángel Casafuz, que en ese momento era el director general de la División Narcocriminalidad de la policía bonaerense. ”Estaba muy afligido porque había muerto la hermana de un amigo en un accidente. Ese amigo era Horacio García Belsunce (h.). Me dijo: ´Necesito que lo llames y te pongas a disposición´”.
Degastaldi se presentó como testigo propuesto por la defensa de Nicolás Pachelo, el exvecino de la víctima acusado de ser el autor material del homicidio.
Tras las consultas de Raquel Pérez Iglesias y de Marcelo Rodríguez Jordán, los abogados de Pachelo, tomó la palabra Patricio Ferrari, uno de los representantes del Ministerio Público Fiscal en el debate y le preguntó a Degastaldi si Casafus le habían manifestado que “le sacara a la policía de encima” a la familia de la víctima. La respuesta fue contundente: “Nunca ocurrió eso”.
El testigo se tomó unos minutos para explayarse sobre la cuestión. “Surgió mediáticamente [la frase sacame la policía de encima] no por Casafus. Realicé una investigación, recabe datos. Hice llamar a todas las comisarías y comandos de patrulla para saber si había recibido alguna comunicación de Casafus o de alguien influeyente y nunca ocurrió eso”, afirmó el hoy docente y licenciado en seguridad.
Degastaldi recordó que Casafus, además de pedirle que se pusiera a disposición de la familia, le compartió los teléfonos de García Belsunce (h.) y de Juan Martín Romero Victorica, por entonces fiscal ante la Cámara de Casación Penal, muy amigo de la familia.
El testigo recordó que no llamó a García Belsunce (h.) y sí se comunicó con Romero Victorica. “Era como mi hermana [por García Belsunce]. Hay cosas que no me cierran”, le dijo por el entonces fiscal, según las palabras de Degastaldi. Él le respondió: “Voy para allá”.
Antes de ir a Carmel, Degastaldi tenía que ir a buscar a Molina Pico a la fiscalía. Cuando estaba en camino, le sonó el teléfono. Era Romero Victorica que le preguntó dónde estaba y cuando le dijo que yendo para Pilar le espetó: “Pegue la vuelta. ¿Sabe lo que es una vuelta en U? Pegue la vuelta en U”.
Pero el por entonces jefe de la DDI de San Isidro le repondió: “Lo único que hice fue llamar al fiscal [por Molina Pico]”. A ese comentario, Romero Victorica dijo: “En qué quilombo me mete, la familia me va a matar”.
Finalmente, Degastaldi y Molina Pico llegaron a Carmel. En la puerta de la casa de García Belsunce lo esperaba Romero Victorica. Después hubo una reunión en el lavadero de la vivienda donde los familiares describieron a María Marta como una persona muy torpe y que no era la primera vez que se golpeaba con la canilla de la bañadera. En ese momento se pensaba que había fallecido al tener un accidente doméstico en el baño de la planta alta de la casa donde vivía con su marido, Carlos Carrascosa.
Degastaldi contó que después subieron a la habitación matrimonial y que vieron el cadáver de María Marta en la cama, su cabeza apoyada en un almohada. “Estaba muy bien peinada, con el cabello húmedo que en ese momento. García Belsunce (h.) lloraba sobre el pecho de su hermana. Había muchos adolescentes sentados alrededor de la cama. El baño era un espejo [de lo limpió que estaba]”.
El expediente del caso García Belsunce (Enrique García Medina/)Degastaldi le dijo a Molina Pico que no ingresaran en el baño y que él podía poner a disposición a expertor de la Policía Científica. “Nos vamos”, le dijo el fiscal al jefe policial.
El testigo explicó ante los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin que le repreguntó a Molina Pico: “¿Nos vamos?”.”Sí, nos vamos”, respondió Molina Pico. El jefe policial insistió ante el representante del Ministerio Público: “¿Qué va a hacer?”. Entonces Molina Pico respondió: “No sé”.
Degastaldi, según sus palabras, cerró la conversación con Molina en casa de García Belsunce con las siguientes palabras: “Fíjese lo que va hacer porque yo voy a justificar mi presencia”.
Su visita a la casa de la víctima fue su única participación en la investigación, sostuvo Degastaldi. Después con Molina Pico colaboró la Subdelegación Departamental de Investigaciones (SubDDI) de Pilar, a cargo en ese momento de Angel Beserra y Alejandro Elorz, que también declararon en el expediente como testigos.
En medio de las preguntas del fiscal Ferrari, Degastaldi sostuvo que hizo a hacer averiguaciones indirectas y en una casa velatoria la familia García Belsunce, que hubo en la que le mencionaron que “habían pedido el servicio de cremación”, pero no se acordaba en cuál.
”Con el handicap que le dio molina pico podrían haber cremado [el cuerpo]”, recordó el testigo.
Fuente La Nacion