Hace cuatro años el jefe de gobierno porteño daba la concesión del servicio de bicicletas en la Ciudad de Buenos Aires, bajo la promesa de un mejoramiento y salto de calidad del mismo, no obstante, los resultados muestran una historia muy distinta.
En el año 2018, durante el mes de septiembre, el GCBA autorizó la concesión del servicio de transporte que hasta entonces era el único financiado 100% por los impuestos del contribuyente porteño.
Desde Uspallata aseguraban que la decisión pasaba por un supuesto aumento en la disponibilidad de bicicletas. Por aquel entonces las unidades eran 2.000, y se esperaba que en un lapso de seis meses pasaran a 4.000. También se decía que el servicio seguiría siendo “gratuito” pero terminó pasando a ser arancelado.
Cuatro años más tarde, según el último control publicado en diciembre de 2021, no solo no se llegó a las 4.000 bicicletas disponibles, sino que hoy solo 1.681 se encuentran operativas, de un total de 2.477 que hay actualmente.
La empresa encargada de la gestión de las bicicletas es Tembici, proveniente de Brasil. Su contrato dura hasta el 2028, pero el mismo fue vulnerado en su mayoría de cláusulas establecidas. Como por ejemplo el cronograma de entrega de bicicletas, cantidad de rodados operativos, informe de balance de ingresos por publicidad y sponsoreo, detalles del estado del sistema, mantenimiento y limpieza de estaciones y rodados, políticas de privacidad de usuario (fueron filtrados), entre tantos otros.
Lejos de ser sancionada, el gobierno porteño le otorgó abultados subsidios y redeterminación del monto en los pagos mensuales. En su última renegociación, la Ciudad multiplicó por siete el canon mensual recibido por la empresa, encontrándose actualmente en los $18 millones de pesos.
También se le otorgan $850 mil pesos por mes para la compra del mismo modelo de bicicletas producido en Brasil por la empresa; y se le permite cobrar por el abono a los usuarios. Además, se decidió cederle la recaudación por la explotación de carteles de publicidad en todas sus formas.
En resumen, en los ultimos cuatro años, Tembici recibió del Gobierno de la Ciudad unos $430 millones de pesos, y la empresa además tuvo la oportunidad de cobrar un precio que varía entre los $700 y $1.700 pesos por un servicio deplorable.
Para la empresa es un negocio redondo, pero para los usuarios cataloga como el peor servicio de bicicletas que puede aportarle el Estado Municipal. Para colmo, el tiempo de uso fue limitado a 30 minutos pese a que el promedio de uso suele ser de 40 minutos, y se había prometido que se respetaría estos valores.
Es claro que todas estas desventajas representan un estancamiento en la cantidad de usuario del servicio, partiendo de los 286.000 usuarios registrados en 2018, solo se alcanzaron 301.000 en 2022, un aumento del 5%, cuando se proyectaba una suba del 50% en ese período de tiempo.
A pesar de que la gestión larretista en la Ciudad se embandera del uso de las biciletas, al GBCA parece no importarle la correcta administración de un servicio que es propio de su administración. Sin embargo, este no es el primer caso donde el gobierno de Larreta se ve envuelto en un escandalo con las consesiones otorgadas a empresas de dudosa reputación, el último hecho público fue el escándalo de las grúas y los acarreos.
Fuente Derecha a Diario