El diputado radical intentó hacer un revisionismo histórico en redes sociales, sacándole toda la culpa a Alfonsín por la última gran hiperinflación y atribuyéndosela a Menem, quien finalmente terminó solucionándola.
El economista y diputado radical, Martín Tetaz, se refirió en sus redes sociales al drama de la inflación en Argentina, y en particular a los episodios vividos durante las últimas décadas. En redes sociales, aseguró que hace 30 años se está preparando para terminar con la inflación en Argentina.
La flamante contradicción de conceptos surgió cuando varios usuarios le recordaron que la última gran hiperinflación argentina se produjo, de hecho, bajo el signo político del radicalismo en la presidencia de Raúl Alfonsín. En un acto completamente revisionista, Tetaz exculpó a Alfonsín por haber generado la hiperinflación, y en su lugar le atribuyó tal mérito al peronismo.
El economista aseguró, sin presentar evidencia, que la falta de confianza provocada por la victoria electoral de Carlos Menem en mayo de 1989 produjo un resultado similar al efecto de las PASO en agosto de 2019, y en consecuencia le atribuye a tales efectos la generación de la hiperinflación más dramática de la historia del país.
Sin embargo, las estadísticas durante el propio gobierno de Alfonsín recabadas por el INDEC contradicen la postura de Tetaz. Tras el lanzamiento del Plan Austral en junio de 1985, y su eventual agotamiento para el segundo trimestre de 1987, la inflación ya entraba en una espiral explosiva que daba los primeros pasos de la hiperinflación. Los precios subieron un 174% interanual en diciembre de 1987, y hasta 440% en agosto de 1988, antes del famoso “Plan Primavera”.
El Plan Primavera corrió la misma suerte que sus predecesores y encontró el fracaso. La inflación mensual saltó al 9,6% en febrero de 1989, 17% en marzo y más tarde ascendió al 33% solamente en el mes de abril, cifras similares a las que había antes del lanzamiento del Plan Austral. Estos hechos se produjeron antes, y no después, de la victoria electoral peronista el 14 de mayo de 1989.
Tetaz aseguró que “mi partido asumió en el medio de una hiper con 650% de inflación y con el mandato de terminar para siempre con las dictaduras y restablecer el estado de derecho. Despues gano el peronismo y vino la hiper“, completamente tergiversando los sucesos históricos y mezclando conceptos políticos con económicos.
La desintegración del programa económico tuvo lugar en mayo de 1989, y la inflación ascendió al 78,5% y más tarde hasta el 114,47% en junio, los últimos dos meses de la gestión radical. El “shock” electoral tuvo lugar en medio de una profunda desorganización de la economía argentina, una competencia que obedecía a 6 años de Gobierno radical.
Las tarifas de los servicios públicos, incluyendo transporte, electricidad, agua y telecomunicaciones, se encontraban atrasadas en términos reales desde los congelamientos previstos por el Plan Primavera en agosto de 1988. Esto produjo un importante desfasaje de precios relativos que elevó las expectativas de una corrección violenta.
Al mismo tiempo, los pasivos remunerados del Banco Central llegaron a representar hasta el 236% de la base monetaria en marzo de 1989, nuevamente, antes de producirse los sucesos electorales de mayo.
El déficit cuasifiscal del Banco Central llegó a representar el 5,9% del PBI en 1989, y el resultado consolidado del sector público superó los 10 puntos del producto en ese año.
La brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el paralelo llegó a representar hasta el 213% en marzo de 1989, una de las cifras más elevadas de la historia argentina. La expectativa por un eventual colapso del esquema cambiario controlado también contribuyó al derrumbe de la demanda de dinero que dio comienzo a la hiperinflación.
Los fundamentos principales que se heredaban de la economía radical de Alfonsín fueron los principales responsables del episodio inflacionario más violento del cual se tenga registro, aún a pesar de las fuertes señales arrojadas con las elecciones presidenciales.
Fuente Derecha a Diario